SOCIEDAD › REABRE MAÑANA EL PASEO DE PALERMO TRAS UNA PUESTA A PUNTO EDILICIA

El zoo, con un lavado de cara

Fueron restaurados los monumentos patrimoniales, se pusieron a punto las fuentes y se reciclaron distintos recintos de animales. Habrá menos ejemplares en exhibición. Así será el nuevo espacio, hasta que sea convertido en el futuro “parque ecológico”.

Bajo el lema “Lo primordial son los animales”, el zoo de Buenos Aires, ahora denominado Proyecto Ecoparque, reabrirá mañana al público. El predio impulsará visitas “conscientes”, en las que no se podrá dar alimento a los animales y donde habrá un límite de ingreso de hasta 2 mil visitantes diarios. Con algunos ejemplares menos, el lugar presenta un aspecto nuevo en lo edilicio: hubo mantenimiento en distintos recintos de animales, restauración de monumentos patrimoniales y puesta a punto de las fuentes, que estaban abandonadas y no funcionaban.

También se mejoraron las medidas de seguridad para evitar el contacto con los paseantes, se limpió el agua de los lagos y se hicieron podas y tareas de jardinería.

Con un 30 por ciento de espacio verde, el flamante Proyecto Ecoparque cuenta con una superficie de 18 hectáreas y quedó bajo la órbita conjunta de los ministerios de Ambiente y Espacio Público y de Modernización, Innovación y Tecnología. Aunque hubo apuro para reabrirlo en las vacaciones de invierno, unos 300 empleados trabajaron solo de día a fin de no perturbar de noche a los animales. Por el mismo motivo se redujo lo más posible el ruido de las máquinas usadas para reacondicionar las instalaciones. Aun así, quedan muchos jaulones vacíos, cuyas mallas metálicas continúan oxidadas.

En relación con el proyecto, Andy Freire, ministro de Modernización porteño, afirmó que la idea es “promover un nuevo tipo de vínculo con el parque, con el debido respeto por los animales y para que los chicos entiendan que este paseo no es para verlos en cautiverio en medio de la Ciudad sino para aprender más sobre ellos y ser testigos del proceso de transformación”, algo por lo que “el 80 por ciento de los vecinos del predio de Palermo mostró estar de acuerdo”.

El paseo estará abierto de 9 a 17. Acerca del cupo de los visitantes, Freire aclaró que para no alterar a los animales habrá restricciones en el ingreso, algo que será monitoreado por veedores de la Agencia de Protección Ambiental (APRA). Asimismo, a partir de las 16 dejarán de venderse entradas. Los tickets tendrán un valor para adultos de 190 pesos, en tanto menores de 12 años, jubilados y discapacitados no pagarán. Freire sostuvo que “el emprendimiento no debe ser visto como un negocio sino como una contribución a la biodiversidad”, y explicó que “todo el dinero recaudado irá para el bienestar animal y su reinserción a un hábitat natural”.

No será el caso de Raúl, un camello que por ser geronte seguirá junto a su compañera en su renovado espacio de estilo mesopotámico.

Con la brea aún fresca en algunos sectores, las sendas peatonales se reasfaltaron en varios trechos. La enorme condorera, inaugurada por Jorge Newbery en 1913, fue totalmente remozada. También se construyeron nuevos vallados en el sector de los cocodrilos, ayer invisibilizados bajo una gruesa capa de líquenes y camalotes.

Ezequiel Capelli, subsecretario de Espacio Público, remarcó que la orangutana Sandra no va estar en exhibición y que en el recinto de los mandriles se habilitaron “puntos de fuga” con lonas a un metro de altura que permitirá a los monos aislarse de miradas ajenas.

Mientras la elefanta se rascaba la oreja con una pedazo de rama asido a la trompa, Adrián Sestelo, director de Laboratorio y Biotecnología, explicó que “hacía ocho años que no se cambiaba el suelo de muchos espacios, que resultaban un foco infeccioso. Por eso se removieron 50 centímetros del suelo, se colocó una capa de tosca para que absorba el exceso de agua y se emparejó la superficie con tierra nueva”.

Cada tanto, el ruido invasivo de una amoladora perturbaba la calma del lugar. Es que en el zoo hacía mucho que no se podaba y el lugar cuenta con mil árboles, entre ellos un eucalipto de más 90 años cuya copa fue podada con cuidado para que las ramas caídas no lastimaran animales o destruyeran jaulas. De igual modo se restauraron esculturas y como parte del patrimonio histórico del predio, cuyo estilo arquitectónico mucho le debe a Eduardo Holmberg y a Clemente Onelli, sus cinco fuentes fueron puestas a punto, entre ellas “Pescador pescado”, donada por Anchorena en 1911.

Así como hay sobrecarga de ciervos y habrá menos paulatinamente, Andrés Capdevila, director del Programa de Conservación de aves rapaces, relató que entrenaba a un jote de cabeza negra para que “muscule, tenga un rol en su vida y pueda liberarse a futuro”.

En tanto, el espacio Oculus de realidad virtual simulará un paseo por la jungla con mira fotográfica.

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Las cinco fuentes volvieron a funcionar después de años de abandono.
 
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