17:26 › SIRIA

Assad se quejó de la "presión" y pidió no precipitar los cambios

Un día después de la renuncia del gabinete de Gobierno para calmar las protestas en contra de su mandato, el presidente sirio, Bashar Al Assad, aseguró que la ola de protestas que sacude a su país es mayormente obra de "conspiradores" que quieren desatar enfrentamientos sectarios y no dio indicios de reformas políticas pese a los reclamos ni tampoco levantó el Estado de emergencia vigente desde 1963. "Las relaciones entre el pueblo y su Gobierno no deben construirse bajo presión", lanzó.

En el primer discurso desde el inicio de las manifestaciones hace dos semanas, Assad se defendió al indicar que su gobierno dio "claras instrucciones" a las fuerzas de seguridad de no dañar a manifestantes durante las protestas, en las que murieron más de 70 personas.

El mandatario sirio habló en el Parlamento local y, al igual que lo hizo el líder libio Muammar Khadafi, afirmó que su país "es hoy objeto de una conspiración desde fuera". Ante el parlamento, el presidente aseguró que el objetivo de los "conspiradores" es "fragmentar y hacer caer a Siria" e "imponer una agenda israelí".

El mandatario recordó que las resoluciones para levantar el estado de emergencia y dar más libertades civiles y políticas fueron tomadas en 2005, en una época en la que "no había presiones". "Ese fue el comienzo del proceso de reforma. Es cierto que vamos con retraso, pero esto se debe a que hay otras prioridades", señaló el presidente.

Aunque subrayó que la principal prioridad es "la seguridad de Siria" y que esto es "un hecho y no una justificación". También afirmó que el país no puede mantenerse sin reformas, porque ello sería "destructivo".

"Ahora discutiremos sobre todas las leyes de las que hemos hablado. Un calendario para esto es una cuestión técnica. Queremos dar pasos rápidos pero no queremos tomar medidas precipitadas", agregó.

En cuanto a la derogación de la Ley de Emergencia, Al Asad se limitó a recordar el anuncio realizado el jueves pasado, en el que el régimen se comprometió a levantar esta medida de excepción pero sin dar fecha.

La asesora presidencial Buthaina Shaaban había anunciado la semana pasada una serie de reformas, entre las que se destacaban el aumento de sueldos, nuevas leyes de prensa y partidos políticos.

Ayer, el gabinete sirio renunció en masa en medio de las mayores protestas en décadas en el país árabe, a pesar de que cientos de miles de sirios salieran a las calles de Damasco y otras ciudades para apoyar al presidente ante la ola de manifestaciones opositoras.

Assad llegó a la presidencia de Siria en 2000, luego de la muerte de su padre, el entonces presidente Hafez Al Assad. Con un Estado laico, Siria es un país gobernado por el Partido Baaz desde 1963 y es el único autorizado por el régimen. El líder partidario es el mandatario local.

Ubicada en Medio Oriente, Siria tiene sus fronteras con Turquía, Irak, Jordania, Líbano e Israel, país con el que entró en guerra en 1967 y que desde ese momento ocupa las Alturas de Golán, en contradicción con resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Las protestas en Siria, iniciadas hace dos semanas, suceden a la par de otras similares en varios países árabes y luego de las caídas de Zine El Abidine Ben Ali en Túnez, el 14 de enero, y de Hosni Mubarak en Egipto, el 11 de febrero.

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