El presidente francés, François Hollande, admitió que se analiza la extensión del "estado de emergencia" en todo el país luego de que anoche Mohamed Lahouaiej-Bouhlel, un francés de origen tunecino de 31 años, embistiera con un camión a la multitud que festejaba un nuevo aniversario del Día de la Bastilla y asesinara a 84 personas, antes de ser abatido por las fuerzas de seguridad.

El primer ministro, Manuel Valls, por su parte, afirmó que el atacante fue identificado como "un terrorista asociado de una u otra forma con el islamismo radical" y rechazó la sospecha de que los responsables de la seguridad nacional hubieran fallado. "Francia ganará la guerra contra el terrorismo", dijo.

El fiscal François Molins, al frente de la unidad antiterrorista, aclaró, sin embargo, que el conductor del camión estaba fichado por delitos comunes pero no se lo consideraba radicalizado. El terrorista residía en Niza y fue identificado por su licencia de conducir y una tarjeta de crédito, halladas junto con un teléfono móvil y varias armas en el camión utilizado en el ataque de la víspera.

Hollande visitó la ciudad costera tras participar de la reunión del gabinete de seguridad en el Palacio del Elíseo, en París, que decretó un duelo nacional de tres días. El mandatario afirmó que el atentado fue dirigido contra Francia. "¿Por qué el 14 de julio? Porque es la fiesta de la libertad", e insistió: "Esta es una lucha larga contra un enemigo que seguirá atacando a aquellos países que gozan de su libertad".

Según el fiscal Molins, en marzo, el atacante había sido condenado a seis meses de prisión condicional tras un incidente de tránsito. Pocas horas después del atentado, fue detenida la exmujer del atacante y será interrogada para tratar de establecer si Lahouaiej-Bouhlel contó con ayuda de algún cómplice.

Entre las 84 víctimas mortales hay 10 niños y adolescentes. En total, 202 heridos, 52 de ellos"entre la vida y la muerte".