DEPORTES › BOCA DIO LASTIMA EN SANTA FE Y PERDIO 3-0 CON COLON, QUE LE HIZO PRECIO

Siempre se puede caer más bajo

El equipo de Alves sumó su tercera derrota consecutiva, con una actuación olvidable. Para colmo, Javier García discutió con el DT cuando se enteró de que no era titular. Fuertes y Bertoglio, en dos ocasiones, anotaron para los santafesinos.

Errático, defensivamente impotente, así Boca volvió sufrir, esta vez frente a Colón por 3-0, su tercera derrota consecutiva desde el ya lejano triunfo en el superclásico que había envalentonado a más de uno, pero sobre todo al más confundido de todos, el entrenador Abel Alves.

Entre los varios problemas que atormentan a Boca, sin duda la defensa es el mal peor. Ayer frente a Colón volvió a quedar en evidencia, porque Boca no jugaba mal y estaba mucho más cerca del gol que los santafesinos, pero se durmió feo en dos contraataques en los que los atacantes del equipo de Mohamed no perdonaron.

Fuertes abrió la cuenta a los 15 minutos. La jugada la armó Bertoglio, quien, como Pancho por su casa, pasó la pelota al pie entre volantes y defensores boquenses para quedar mano a mano con el arquero Ayala y, en lugar de probar, habilitó al goleador que entraba sin marca alguna por la derecha y terminar definiendo abajo al primer palo para el 1-0.

Lo curioso es que Boca no se quedó de brazos cruzados. Impulsado por la vergüenza ante la posibilidad de una nueva caída, apretó los dientes, se adelantó unos metros en la cancha y acechó con constancia en las cercanías del área de Pozo, aunque sin encontrar la claridad necesaria como para marcar la igualdad. No le faltaron chances.

Insúa falló varias oportunidades, algunas increíblemente. Y Palermo –¡ay, Palermo!– pifió ante una inmejorable oportunidad con el arco de frente. Para colmo de males, el asistente del árbitro Loustau, Julio Ayala, le anuló un gol legítimo a Erbes, porque le cobró posición adelantada a Matías Giménez, cuando éste no estorbaba la jugada. También hubo un bombazo de Monzón que atajó Pozo.

Boca dominaba claramente, pero se volvió a dormir la defensa y, en espejo con el primer gol, Fuertes picó sin marca por afuera, acompañado a lo lejos por Morel Rodríguez, y ante la salida de Ayala la tocó para el centro del área, donde apareció Bertoglio para anotar el 2-0. Loustau le perdonó la vida a Palermo luego de un codazo a Garcé, que sangró y debió ser atendido.

En el arranque de la segunda parte, Boca volvió a mostrar su ímpetu ofensivo, pero le duró poco. Otra vez se durmió la defensa, Bertoglio se escapó por la izquierda y ante otra salida en falso de Ayala –cuyo ingreso desató una pelea en el vestuario entre el impulsivo Alves y el primer arquero Javier García– puso la pelota por arriba del arquero para que Morel Rodríguez, al intentar despejar, terminara metiendo el tercero.

Fue un golpe de nocaut. Boca terminó el partido dando lástima, impotente, desganado, absolutamente perdido. Y lo más positivo fue que Colón no quiso golearlo.

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La cara de los jugadores de Boca lo dice todo. Otra derrota que preocupa.
Imagen: Télam
 
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