DEPORTES › HUMBERTO GRONDONA, DT DEL SUB-17, DESPRECIA EL JUEGO LIMPIO

Está para dirigir a los dinosaurios

Lejos de mostrarse como el conductor aplomado que debiera ser de un equipo de jóvenes en formación, el entrenador del seleccionado Sub-17, Humberto Grondona, reivindicó la reacción de sus jugadores en el escandaloso final del partido contra Uruguay, por el Sudamericano, en San Luis, justificándolo a partir de la voluntad para concurrir al Mundial de la especialidad. Sin categoría para ser el líder de las selecciones juveniles, el hijo del presidente de la AFA despreció el juego limpio y antepuso la búsqueda de resultados, lo que constituye una pésima enseñanza para sus dirigidos, chicos que no tienen asegurado su futuro en el fútbol. Después de ir ganando 2-0 y luego perdiendo 3-2 con dos hombres menos, sobre Uruguay, los chicos argentinos empataron sobre la hora con un gol de cabeza en el que hubo falta previa del autor del tanto, Marcelo Storm. Apenas terminado el partido, que tuvo mucha pierna fuerte, empezaron las cargadas y las reacciones.

“No está bien lo que pasó, pero por lo menos tienen sangre y es bueno que tengan sangre”, sostuvo Grondona en declaraciones a TyC Sports. “¿Qué quieren? Lo único que falta ahora es que haya que ganar y que me pidan que ganemos el premio Fair Play. Dejame ir al Mundial y que el juego limpio se lo den a Ecuador, que está en Ecuador, o a Colombia, que se volvió a Colombia”, dijo, en relación con dos equipos que ya fueron eliminados y no participan del hexagonal final.

Lejos quedaron los tiempos de José Pekerman, en el que los juveniles argentinos ganaban títulos con legítima superioridad y, a la vez, reconocido buen comportamiento, una sana filosofía que continuó con las conducciones de Hugo Tocalli o Francisco Ferraro, y que parece haberse perdido definitivamente, para vergüenza del fútbol argentino. Aquellos títulos (Qatar 1995, Malasia 1997, Argentina 2001, Holanda 2005, Canadá 2007) demostraron a las claras que los éxitos y la corrección deportiva no están reñidos ni son mutuamente excluyentes.

Varios jugadores continuaron luego a través de la red social Twi-tter, aunque horas más tarde se retractaron. “Para los que dicen que festejamos un empate, cierren el culo y síganlo mirando por TV”, escribió Sebastián Driussi, el autor del golazo de chilena que puso el 2-0. Ayer se disculpó: “En mi nombre y el de mis compañeros les pedimos disculpas a los uruguayos y argentinos a los que les molestaron los festejos que hicimos”.

Grondona, que señaló que la tensión entre este grupo de jugadores argentinos y uruguayos está instalada desde la época en que eran Sub-15, acusó al banco de suplentes uruguayo de agredir verbalmente a los argentinos durante los saques laterales. “Me enojé con los chicos, pero estaban nerviosos, era un clásico”, justificó el entrenador, que está suspendido por una expulsión anterior y vio el partido desde un palco.

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El grito a un rival en la cara.
 
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