EL PAíS › EN EL CACEROLAZO PORTEÑO EL RASGO NOVEDOSO FUE LA PARTICIPACION ABIERTA DE DIRIGENTES POLITICOS

Tercer capítulo con presencia opositora

La protesta repitió las características de sus ediciones anteriores, con mayoría de manifestantes de capas medias y altas porteñas, aunque menor convocatoria que la del 8-N. El reclamo más repetido fue contra la reforma judicial.

 Por Fernando Cibeira

En un año electoral, una presencia más visible de dirigentes políticos de la oposición fue tal vez el rasgo distintivo del tercer cacerolazo contra el gobierno nacional. Por lo demás, la protesta repitió sus características habituales: los manifestantes llegaron anoche a la Plaza de Mayo en mayor número desde el norte de la ciudad y en cuentagotas desde el sur. Pese a que fue convocada antes de que se lanzara el proyecto, la consigna más difundida fue el rechazo a la reforma judicial que se debate en el Congreso. Se unió a otras “históricas” como contra la inseguridad, la corrupción y la reforma constitucional. La protesta se repitió en otras ciudades del mundo, en localidades del interior y en algunos barrios porteños. De acuerdo con la evaluación que hacían en la Casa Rosada, hubo menos manifestantes que en las anteriores oportunidades. “Más dirigentes, menos gente”, resumían.

Los dirigentes opositores resolvieron arrancar desde Santa Fe y Callao, esquina emblemática del antikirchnerismo. A las 19, una hora antes de la convocatoria anunciada al Obelisco, comenzaron a sonar las cacerolas. Las banderas promocionando diferentes páginas web y blogs –ya sea de perfil político, social, contra la inseguridad– evidenciaban la pequeña infraestructura que ha ido creciendo con las sucesivas protestas, también patente en las más numerosas pancartas impresas: “Basta 18A”, “2015 sin Cristina” y “Con justicia, sin corrupción”, eran las más visibles.

Desde allí arrancó la columna alrededor de la extensa bandera argentina con consignas contra la inseguridad. Un poco más adelante, el grupo de políticos, también embanderados. Algunos, como los diputados Federico Pinedo, Paula Bertol, Eduardo Amadeo y Patricia Bullrich, ya habían estado en las anteriores ediciones del 13-S y 8-N. Más novedosa fue la participación de radicales como Ricardo Alfonsín, Ricardo Gil Lavedra y Mario Barletta y referentes del FAP como Hermes Binner, Margarita Stolbizer y Victoria Donda. El jefe de gobierno Mauricio Macri convocó vía Twitter pero no se animó a la prueba de popularidad. La presencia del sindicalista Gerardo “Momo” Venegas y su gente vino a agregar un estilo diferente a la avenida Santa Fe, aun con los negocios y cafés abiertos. Muchachos forzudos que buscaban abrir paso, algún tumulto y bombos, toda una novedad. A diferencia de los anteriores cacerolazos donde fueron recibidos con frialdad, anoche los políticos parecieron más aceptados. Contaban que la gente les pedía que se unieran en un frente.

Como también es característico, estas marchas son propicias para la consigna personal y la pancarta a mano. “Kretina h.d.p. Continúan asesinando perros y gatos”, proclamaba una señora que criticaba algún decreto. “Democracia = separación de poder. En Venezuela no hay más”, proponía otra. No faltó tampoco el habitual orador del balcón del primer piso de Santa Fe al 1600 que busca ganar adherentes para la causa del asambleísmo. “Democracia directa, no crean en las instituciones”, azuzaba.

En la 9 de Julio algunos aprovechaban los barriles colocados al costado de la obra del metrobús para hacer ruido. La gente marchando hacia el Obelisco era una postal propicia para la foto vía celular y de ahí derecho al Facebook. En la Plaza de la República la atracción era el camión de La Solano Lima –una agrupación que se referencia en el legislador macrista Cristian Ritondo–, que emitía videos supuestamente cómicos con la Presidenta y funcionarios bailando canciones como la de los Wachiturros pero con letra cambiada –“Hua qué Kurros”– y otros en ese estilo. Los seguía una murga.

El ingreso a la Plaza de Mayo era a través de Diagonal Norte. En la esquina con Suipacha los ultranacionalistas del Partido Popular de la Reconstrucción cruzaron una bandera: “Tenemos un papa argentino, queremos un gobierno argentino”. El papa Francisco –en algunas imágenes y emblemas vaticanos– fue otra de las incorporaciones de la marcha de ayer.

“No le tengas miedo a tu libertad, que nadie te la robe”, citaba una bandera una frase del entonces cardenal Jorge Bergoglio. También hubo referencias a las denuncias que se ventilaron durante esta semana. “Esto se fue al garete, hasta nos roba un nabo con rodete”, proclamaba una pancarta. Una de las atracciones fue una gran muñeca que simbolizaba la Justicia y un cartel: “Necesito un fiscal con coraje por mi independencia”. También había ataúdes, que venían a significar la muerte de la Justicia. Se coreaban cosas como “El que no salta es un ladrón” o “Que se vayan”.

Cerca de la Plaza se formaba un embudo que hacía difícil el acceso. Lo curioso era que, al mismo tiempo, Diagonal Sur lucía desierta. El paisaje se repetía en la Plaza con grandes huecos: la vereda de la Catedral muy nutrida, la de enfrente casi vacía. Sobre el alambrado que divide la Plaza, adonde llegaba una minoría, había un grupo de exaltados. En un momento buscaron saltar la valla, pero la policía se lo impidió, también agredieron a un periodista de la agencia Télam. Tampoco la pasó bien el móvil de la TV Pública que, a diferencia del anterior cacerolazo, esta vez no pudo transmitir en directo por el mal clima. En general, daba la sensación de que los vendedores de choripanes, responsables de la densa humareda sobre la Plaza, se iban a quedar sin despachar gran parte de la mercadería.

Buena parte de la gente optaba por dar la vuelta por avenida de Mayo para dirigirse al Congreso, donde se agruparon por la noche. Pasadas las 23 se vivieron momentos de tensión cuando un grupo saltó las vallas y trató de forzar la entrada luego de que los senadores dieran media sanción al proyecto que limita las cautelares. También se rompieron algunos vidrios.

La protesta opositora se repitió en las principales ciudades del interior del país como Córdoba, Mendoza, Mar del Plata, Santa Fe, Rosario y Tucumán. En La Plata, la gente reclamó por las consecuencias de la inundación. También hubo manifestaciones en algunos puntos del conurbano y frente a la quinta de Olivos, aunque Cristina Kirchner estaba en Perú, a donde viajó para participar de una reunión de la Unasur.

Argentinos en el exterior buscaron replicar la protesta. Por husos horarios, arrancaron en Australia y Japón, siguieron en Europa y en Estados Unidos.

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Los manifestantes se congregaron en el Obelisco para luego marchar a Plaza de Mayo y terminar en el Congreso.
Imagen: Télam
 
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