La presidenta Cristina Kirchner emprendió ayer su viaje rumbo a Roma, donde se reunirá con el papa Benedicto XVI y conmemorará junto a su par chilena, Michelle Bachelet, los veinticinco años de la firma del Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile. La Presidenta llegará hoy temprano a la capital italiana y mañana a la mañana tiene prevista la audiencia en el Vaticano, que primero será a solas y luego conjunta con Bachelet.

La Presidenta salió a las 18 de Aeroparque con varios invitados especiales a bordo. La acompañaron el canciller Jorge Taiana, los gobernadores Daniel Peralta (Santa Cruz) y Fabiana Ríos (Tierra del Fuego); el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti; la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; la diputada Patricia Vaca Narvaja; los senadores Mario Colazo y Elida Vigo; el secretario de la CGT, Hugo Moyano; los sindicalistas Omar Viviani y Juan Carlos Schmid, y el presidente de la Came, Osvaldo Cornide.

El embajador argentino en el Vaticano, Juan Pablo Cafiero, precisó que el sábado, luego de las audiencias con Benedicto XVI, ambas se reunirán con el cardenal Tarciso Bertone, virtual número dos de la Santa Sede. La recorrida de las presidentas seguirá con una ofrenda floral frente a la tumba de Juan Pablo II y un encuentro en la llamada Casina de Pío IV, donde se realizaron las negociaciones para el Tratado de Paz. Está previsto desde ese sitio que Cristina y Bachelet brinden un mensaje. “Explicarán lo que significa este nuevo tiempo que marcan las relaciones internacionales y cómo iremos buscando el futuro”, adelantó Cafiero.

El encuentro de la Presidenta y el Papa será tomado como una virtual recomposición de la relación bilateral luego de los varios tropiezos que sufrió durante el kirchnerismo. El principal, cuando el entonces obispo castrense Antonio Baseotto sugirió que el ministro de Salud Ginés González García fuera arrojado al mar con una piedra al cuello por repartir preservativos. A partir de allí hubo altas y bajas. Por lo general, bajas. Antes que los problemas, Cafiero ayer prefirió recordar las gestiones vaticanas de 1978 que evitaron que las dictaduras que gobernaban Argentina y Chile en ese momento se enfrascaran en una guerra por el canal de Beagle. “Los frutos de esa paz ya los vivimos por el solo hecho de que no hubo una masacre entre los pueblos”, recordó. “Ahora estamos por los frutos de esa paz en materia de integración, de comercio y por obras de infraestructura que unan a ambos países”, finalizó Cafiero.

La referencia era al Tratado de Integración que firmaron ambas presidentas en Maipú –evocando el abrazo histórico de San Martín y O’Higgins– que consideraron un “salto cualitativo” en el vínculo bilateral, que hasta ahí venía encuadrado en el más limitado Tratado de Paz y Amistad.

Luego de su estadía en Roma, Cristina Kirchner seguirá viaje rumbo a Estoril, en Portugal, donde participará el lunes y el martes de una nueva edición de la Cumbre Iberoamericana que esta vez sesionará bajo el lema “Innovación y Conocimiento”.