EL PAíS › CARRIO REUNIO A 150 PERSONAS POR LOS DIEZ AÑOS DE LA CREACION DEL ARI, CON TORTA Y TODO

Un cumpleaños para poner buena cara

Reivindicó a Bullrich, dijo que su banca es “un reaseguro”, elogió “el relevo generacional en el partido” y evitó toda autocrítica diciendo que “se van a corregir errores”. Misa por la Virgen de San Nicolás.

Con un almuerzo distendido, empanadas, gaseosa, torta con velitas, pocas buenas nuevas, Elisa Carrió encabezó ayer en San Nicolás la celebración de los diez años del ARI, el partido que fundó junto a Alfredo Bravo meses antes del fin del gobierno de De la Rúa. La diputada pidió “perdón de corazón por los errores cometidos”, elogió a su sucesor Adrián Pérez y reivindicó a Patricia Bullrich, la única diputada que renovó su banca y que este jueves anunció su ruptura con la Coalición Cívica. Devota de la virgen local, Lilita participó de una misa junto con Alfonso Prat Gay e intentó aprovechar el acto para recomponer relaciones con lo que queda de la CC tras la catástrofe del 23 de octubre. “Les pido a los jóvenes que ya me pegaron que recuperemos la amistad. Podemos tener diferencias políticas, pero el amor es el amor y yo los necesito para vivir”, confesó. La escuchaban apenas ciento cincuenta personas.

La alianza Argentinos por una República de Iguales tuvo su congreso fundacional el 25 de noviembre de 2001. Carrió se había distanciado de la UCR ante el fracaso de De la Rúa. En 2003, en su primera elección presidencial, junto a Gustavo Gutiérrez, presente ayer, el ARI terminó quinto con 14,1 por ciento de votos. Disputaba entonces el electorado de centroizquierda con Kirchner. El gobierno K dividió aguas y le valió bajas importantes como la de Graciela Ocaña. En 2006 fue Carrió quien para evitar reglas partidarias fundó la Coalición Cívica. Extremó su intransigencia y sumó a iconos del establishment como Alfonso Prat Gay o la trotamundos Bullrich. En 2007 obtuvo el 23 por ciento de los votos, fue segunda detrás de CFK y consiguió la primera gobernación, en Tierra del Fuego. “La CC se ha constituido en la segunda fuerza nacional”, se envalentonó Lilita, que espantaba a los históricos: tras la elección, denunciando el “giro a la derecha”, un grupo de diputados encabezados por Eduardo Macaluse tomó distancia de la CC. El alineamiento con las patronales del agro tuvo sus costos en 2009, cuando junto a radicales y socialistas sufrió un revés que pasó desapercibido por la derrota del kirchnerismo. La persistencia del discurso apocalíptico ante un gobierno que recomponía fuerzas, multiplicadas tras la muerte de Kirchner, derivó en la catástrofe de 2011: 3,3 por ciento en las primarias, 1,8 en octubre.

A una semana de la asamblea que tuvo como gran ausente a Carrió, de la decisión de recuperar la “identidad progresista” y terminar con los “interbloques”, en San Nicolás reinó el relajamiento. “Carrió es la referencia más importante de lo que llamamos coherencia”, la mimó Elsa Quiroz. “Es la primera vez que en un partido hay un verdadero proceso de renovación generacional”, dijo Lilita para diferenciarse de “los viejos líderes (que) mueren aferrados al poder”. “En la derrota todos coquetean, pero les aseguro que mi banca es el reaseguro final porque yo no coqueteo con nadie, ni con la derecha ni con la izquierda”, agregó Carrió, con mandato hasta 2013. “Nos quieren separar y yo tengo la seguridad de que va a ser un gran líder”, dijo sobre Adrián Pérez. “Se van a corregir errores, se van a corregir aciertos (sic), pero yo estoy orgullosa de que a diez años de la fundación haya una nueva conducción”, añadió. Pidió “reivindicar” a Bullrich. “No hubiera tenido que ser así, no hay que buscar un chivo expiatorio”, dijo en referencia a la virtual expulsión de Bullrich.

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Imagen: Joaquín Salguero
 
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