EL PAíS › TODOS LOS SECTORES RECHAZARON LA AGRESIóN A UNA CARAVANA MASSISTA

Los repudios a las pedradas

Scioli e Insaurralde, entre otros, condenaron la violencia. El candidato del FpV también le pidió a Massa que “no se victimice”.

Luego de las agresiones que sufrió una caravana del Frente Renovador, Sergio Massa volvió ayer a La Matanza a hacer nuevamente una actividad de campaña. Durante la mañana, se comunicaron con el candidato el ministro de Seguridad, Alejandro Granados, y el intendente de La Matanza, Fernando Espinosa, quien aseguró que las agresiones se debieron a una interna de la barra brava de Almirante Brown. El gobernador Daniel Scioli condenó la violencia y el candidato del Frente para la Victoria, Martín Insaurralde, le pidió a Massa que no se victimice. Las réplicas continuaron, mientras Margarita Stolbizer aprovechó para hablar de una interna del peronismo.

Massa y el intendente de Almirante Brown, Darío Giustozzi, estuvieron en la planta de Acindar, en La Tablada. No hubo visos de que se repitiera el ataque a huevazos y pedradas del domingo. Massa habló de una “emboscada” a su caravana y dijo que si el que le tiró con una gomera “me apuntaba más arriba, me sacaba un ojo”. El proyectil que le disparó, según indicó Massa, era un rulemán “o algo similar”. “Nos permite entender que hay gente que no entiende que en la democracia todos tenemos derecho a vivirla. No hay que detenerse de ninguna manera en la agresión de los que usan la fuerza como único método de expresión”, dijo Massa. Identificó a los agresores como “algún grupo de inadaptados o de pícaros”.

Insaurralde condenó la violencia, pero a la vez le exigió a Massa que “no se victimice” como lo hizo “cuando denunció el robo de su casa”. En rigor, el robo fue informado en Página/12 por Horacio Verbitsky, luego de que Massa lo ocultara por dos semanas. Insaurralde consideró que Massa debe aceptar debatir. “Estaría bueno debatir las ideas. Los candidatos quieren, pero Massa cree que a través de la victimización y el sector publicitario se puede hacer una elección.”

Giustozzi le salió al cruce para exigirle que pida disculpas por las agresiones como si las hubiera organizado el candidato del FpV: “Es lamentable que Insaurralde, en lugar de pedir disculpas o solidarizarse, como hizo la mayoría de la dirigencia política y social, tenga esta actitud de cerrarse y no bajar un cambio”.

Entre otras voces que se refirieron al tema desde el oficialismo, la jefa del bloque del FpV en Diputados, Juliana Di Tullio, señaló que “hay una clara utilización política para acusar al kirchnerismo” y recordó: “No tuvimos el mismo tratamiento en los medios cuando nuestros militantes fueron agredidos”. Recordó, por caso, una agresión a militantes kirchneristas en Malvinas Argentinas. “Siempre repudiamos la violencia, venga de donde venga, pero también repudiamos las provocaciones. No hay que entrar en el juego de los que quieren victimizarse con estos hechos”, consideró el diputado Héctor Recalde.

El dirigente social Luis D’Elía, bien temprano, afirmó que lo ocurrido fue “la reacción de un pueblo que peleó en la ruta y que no quiere volver a los ’90”. En contraste, el jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, dijo que “es un hecho repudiable, más en el marco de una campaña. Me solidarizo públicamente con Massa y los candidatos, tanto como con el Frente para la Victoria, cuando fueron agredidos sus candidatos en municipios gobernados por intendentes del Frente Renovador”. Scioli, en tanto, ofreció custodia policial para el massismo.

Los opositores condenaron la violencia, desde el gobernador cordobés José Manuel de la Sota hasta el diputado radical Ricardo Alfonsín, pasando por la aliada PRO Patricia Bullrich, quien aseguró que “hubo complicidad policial y política”. Margarita Stolbizer, en tanto, sostuvo que se trata de una “guerra interna de grupos del PJ que pelean por los negocios”.

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