El tribunal que juzga al represor Miguel Etchecolatz hará el miércoles 12 de julio una inspección ocular de la casa Mariani-Teruggi, que ha sido preservada como Monumento Histórico Nacional. “Parece una casa atacada como si fuera en la guerra”, comenta Chicha Mariani a Página/12. “Siguen estando los impactos de bala en las paredes y está vacía, porque se robaron todo, hasta los marcos de las ventanas. En lugar de piso, hay tierra”, explica. En la casa funcionaba una imprenta montonera, de la que todavía quedan partes, que estaba camuflada como una fábrica de conejo en escabeche. El 24 de noviembre de 1976, un operativo del Ejército, la Armada y la Policía Federal al mando de Etchecolatz y del jefe de Policía, Ramón Camps, la bombardeó durante horas. Las paredes quedaron negras por la pólvora de las balas y por el humo de la bomba de fósforo que arrojaron luego de retirar de allí a Clara Anahí Mariani, de dos meses. Luego sacaron los cuerpos carbonizados de Roberto Porfidio, Eduardo Mendiburu, Juan Carlos Peiris y Diana Teruggi, que fue ingresada a la morgue como NN.