SOCIEDAD

Un peso liviano

Si, como parece probable, Antonis Samaras es el primer ministro de Grecia, lo será a pesar de un largo período de exilio político y la amarga oposición de gran parte de la elite conservadora que llevó las riendas de su partido. Fue un típico drama político cuando la matriarca de la realeza de la extrema derecha, Marika Mitsotakis, murió la mañana de las elecciones generales de mayo. La mujer del ex premier conservador Costas Mitsotakis y madre de la ex canciller y peso pesado conservadora, Dora Bakoyianni, les había dicho a sus amigos cercanos que no quería vivir para ver a Samaras en funciones. Este se hizo cargo del liderazgo de los conservadores en 2009, después de una primaria en todo el país contra Bakoyianni, que había sido la favorita en suceder en el poder a Costas Karamanlis, el descendiente de otra dinastía política. Mientras que la rivalidad por el liderazgo del partido de la Nueva Democracia explica parcialmente la enemistad de la familia Mitsotakis con Samaras, él ha luchado por ganarse la confianza de otros integrantes del centroderecha. En lugares muy frecuentados, como el venerable Club Atenas, donde las familias más prominentes de Grecia se reúnen para hablar de política, Samaras es considerado un “peso liviano” con peligrosas tendencias populistas. Debe demostrarse más capaz que su antiguo compañero de cuarto en Amherst College en Estados Unidos, George Papandreu, para sacar a Grecia de su crisis, mientras balancea las exigencias de sus acreedores con las necesidades del pueblo, cada vez más desesperado.

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