El Tribunal Supremo del Reino Unido dictaminó este miércoles que el Parlamento autónomo de Escocia no tiene competencias para convocar un referéndum de independencia consultivo sin el consentimiento del Gobierno de Londres, al entender que se trata de "asuntos reservados al Parlamento británico, como la Unión entre Escocia e Inglaterra".

La determinación fue comunicada por el magistrado Robert Reed, quien expuso el veredicto alcanzado por los cinco jueces que en octubre escucharon los argumentos de Edimburgo y Londres, puntualizando que se trata de "un dictamen unánime, al que se ha dado prioridad".

En esta línea, el juez recalcó que el veredicto "redunda en el interés público" y que "no se trata de una decisión política" sobre la independencia.

En su exposición, Reed consideró que el efecto de un referéndum, aunque no tuviese como repercusión directa la independencia, "no está restringido a sus consecuencias legales, sino que puede incluir sus consecuencias prácticas".

"Esta Corte concluye de manera unánime que el propuesto proyecto de ley está relacionado con los asuntos reservados" y que, según esto, el Parlamento escocés "no tiene potestad para legislar sobre un referéndum de independencia de Escocia".

"Consecuencias políticas importantes"

En otro extracto del veredicto, el Supremo Tribunal manifestó que la consulta que el Gobierno nacionalista de Nicola Sturgeon quiere celebrar el 19 de octubre de 2023 "tendría consecuencias políticas importantes", y, por lo tanto, "reforzaría o debilitaría la fortaleza democrática de la Unión y apoyaría o socavaría las credenciales democráticas" de la causa independentista.

Al detallar la posición del Supremo, el juez Reed recordó que el gobernante Partido Nacionalista Escocés (SNP) había aludido al derecho de autodeterminación y a la legislación internacional para defender su caso.

En este sentido, rechazó los argumentos presentados por el SNP, al entender que ese derecho solo puede ser invocado en excolonias o por pueblos que son oprimidos por la ocupación de una fuerza extranjera.

Por su parte, Sturgeon sostiene que el Brexit ha cambiado las condiciones en las que los escoceses decidieron seguir formando parte del Reino Unido, por lo que defiende una nueva consulta, mientras que el Gobierno de Londres cree que la cuestión quedó zanjada al menos durante "una generación".

El referéndum de 2014 y el Brexit

En el referéndum de 2014, organizado con el acuerdo del gobierno conservador británico de David Cameron, 55% de escoceses votó a favor de permanecer en el Reino Unido. El principal argumento contra la secesión fue que esta dejaría a Escocia fuera de la Unión Europea.

No obstante, dos años más tarde el referéndum sobre el Brexit, contra el que votó el 62% de escoceses, acabó sacando a la región del bloque precisamente por haber permanecido en el Reino Unido.

El SNP argumenta que esto cambia completamente la situación y considera disponer de un "mandato indiscutible" para organizar otra consulta gracias a su mayoría en el parlamento regional.

El partido de Sturgeon ganó las legislativas regionales de 2021 con la promesa de celebrar una nueva consulta legal una vez superada la pandemia de covid-19. Los sondeos muestran a los escoceses casi divididos por igual a favor y en contra de separarse del Reino Unido, principalmente con el anhelo de volver a entrar en la UE.

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