DEPORTES › EL ARGENTINO PERDIO POR PUNTOS ANTE MOSQUERA

La buena Estrella no alcanzó

Por Daniel Guiñazú
Desde Córdoba


Le faltó a José Pablo Estrella el plus para la proeza. El mendocino desafió los pronósticos de la previa y estuvo al borde de alcanzar el título superpluma de la Asociación Mundial de Boxeo. Pero en el momento en el que debía dar el paso al frente para hacer realidad su sueño, sus propias carencias y un oportuno repunte del campeón panameño Vicente Mosquera lo dejaron vacío aunque rodeado del aplauso de los 4000 espectadores que supieron reconocerle los destellos de buen boxeo que desplegó sobre el ring del Superdomo Orfeo de Córdoba.

Hubo un momento, allá por el final del octavo asalto, que todo parecía combinado para la hazaña. Estrella (58,400 kg) hacía su pelea caminando sobre la mano izquierda de Mosquera (58,950 kg) y colocando su propia zurda, cruzada o en directo, con justeza y precisión, sobre la cabeza de su rival. Y el campeón no encontraba la forma de controlarlo. Bastaba con mantener la eficacia de ese planteo en los cuatro rounds finales, para que la corona cambiara de propietario. Pero en el 9º round, una derecha seca de Mosquera desbalanceó a Estrella. Y a partir de allí, las cosas resultaron diferentes. Mosquera se puso en marcha para conservar lo que se le escapaba de las manos, en tanto que Estrella empezó a apagarse cuando más necesitaba estar encendido.

Con poco, apenas con una mayor convicción de victoria y con un par de buenos ganchos al cuerpo, Mosquera ganó las últimas cuatro vueltas y recuperó las distancias que Estrella había amasado en los dos primeros tercios de un combate siempre interesante. Y fue así que retuvo la corona. Pero sin sobrarle nada, salvo su propio orgullo, y dejando una impresión sólo discreta. Dos jurados lo vieron ganador a Mosquera por 116-112 (Luis Pabón) y 117-111 (Levi Martínez). Y uno, Rubén García, exhibió ventajas para Estrella (116-112). La tarjeta de Página/12 también reconoció diferencias para Mosquera: 115 a 113.

Más allá de su propia frustración, a los 33 años Estrella debe quedarse en paz consigo mismo: le armaron la chance de apuro, en tres semanas. Nadie creía que estaba listo para ganar. Y él estuvo siempre a la altura de las circunstancias, justificando su quinto puesto en el ranking y su condición de retador opcional. En la pelea central del 15º Festival Latinoamericano AMB-KO a las Drogas puso todo: su calidad que nadie discute y sus lagunas que lo atraparon en el momento menos indicado. El título del mundo acarició sus puños. Estuvo muy cerca de poder aferrarlo. Más cerca de lo que todos pensaban.

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