EL MUNDO › MéDICOS SIN FRONTERAS CONSTATA EL USO DE ARMAS QUíMICAS EN LA GUERRA CIVIL SIRIA

Primera prueba independiente del gas

Si bien la ONG francesa no acusó a una u otra parte al comprobar el uso de armas químicas en hospitales sirios donde trabajan, el ministro de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, incriminó directamente al régimen de Assad.

 Por Eduardo Febbro

Desde París

La ONG francesa Médicos Sin Fronteras aportó la primera prueba independiente sobre el empleo de armas químicas en los alrededores de Damasco. Sin que se haya podido verificar hasta ahora por una fuente neutra, la oposición siria había señalado el pasado miércoles que el régimen de Bashar al Assad llevó a cabo un ataque de gran envergadura con armas químicas en la región de Damasco con un saldo de 1300 muertos. Médicos sin Fronteras suministra hoy un cuadro preciso de las personas que atendió ese día. Según la ONG, “355 pacientes con síntomas neurotóxicos “ murieron en los hospitales donde trabaja el personal de MSF. La organización agrega que “tres hospitales situados en la gobernación de Damasco ayudados por Médicos Sin Fronteras recibieron el pasado miércoles 21 de agosto y en menos de tres horas alrededor de 3600 pacientes con síntomas neurotóxicos”. Entre los 355 muertos hay 54 niños y 82 mujeres.

Médicos Sin Fronteras no acusa a una u otra parte, sino que constata los efectos de los gases. Bart Janssens, su director de operaciones, precisó que “los síntomas de los que fueron informados: el exceso de saliva, pupilas contraídas, visión borrosa, deficiencias respiratorias y el esquema epidemiológico, caracterizado por la afluencia masiva de pacientes en un corto lapso, la procedencia de los pacientes y la contaminación de los socorristas y del personal que suministró las primeras atenciones, todo esto sugiere la exposición masiva a un agente neurotóxico”. El ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, incriminó directamente a las autoridades sirias: “Todas las informaciones de que disponemos convergen para decir que hubo una matanza química cerca de Damasco y que es el régimen de Bashar al Assad el que la inició”.

La oposición siria lleva varios meses denunciando el uso de armas químicas en la guerra, una acusación que el régimen sirio rechaza con el contraargumento de que son los rebeldes quienes las emplean. En marzo pasado, dos periodistas del diario francés Le Monde trajeron de Siria las primeras pruebas tangibles de la existencia de esas armas en el conflicto. Esas pruebas fueron analizadas luego por laboratorios independientes que confirmaron la presencia de elementos tóxicos mortales. Luego, en dos ocasiones más, se pudo constatar el recurso de los gases tóxicos. El pasado miércoles, el ejército sirio lanzó una ofensiva en la Ghuta oriental y en Muadamiyat al Cham, dos sectores situados en la periferia de Damasco y controlados por los rebeldes. La oposición siria denunció la muerte de 1300 personas y el empleo de armas tóxicas. El régimen desmintió categóricamente esa información. Los rebeldes, sin embargo, suministraron imágenes espantosas de ese ataque. Desde la semana pasada ningún representante de una entidad independiente pudo ingresar en el sector para corroborar las afirmaciones de los rebeldes sirios. Cada vez que éstos acusan al gobierno de usar armas químicas, las autoridades dirigen las acusaciones contra ellos. Angela Kane, la representante de la ONU para el desarme (Unoda), se encuentra ya en Damasco negociando con el régimen el acceso de los inspectores de la ONU a las zonas afectadas por las armas químicas. “Hay que hacer un estudio inmediato, exhaustivo e imparcial”, dijo Kane.

Una buena parte de la problemática radica en la credibilidad de los argumentos de una y otra parte y en la veracidad de las imágenes distribuidas por los rebeldes. Las que circulan desde el pasado 21 de agosto son las más masivas y elocuentes que existen hasta ahora sobre el uso de armas químicas en esa guerra. Esas imágenes han cambiado el curso del conflicto y de varias maneras. En primer lugar, el presidente norteamericano, Barack Obama, dijo que el ataque con gases tóxicos denunciado por los rebeldes “requiere la atención de Estados Unidos”. Washington movió en las últimas horas sus piezas militares. La marina estadounidense empezó a aumentar su presencia en el Mediterráneo mediante el despliegue de un cuarto barco de guerra, el USS Mahan. Ese navío cuenta con los misiles crucero Tomahawk, muy decisivos para activar ataques puntuales. En segundo lugar y por primera vez desde que gobierno y oposición sirios cruzan sus denuncias, Irán, el principal aliado de Bashar al Assad, reconoció formalmente el empleo de armas tóxicas en el conflicto. El presidente iraní, Hassan Rohani, dijo: “En Siria, muchos inocentes resultaron heridos y sufren el martirio de los agentes químicos y es lamentable. Condenamos total y firmemente la utilización de armas químicas. La República Islámica aconseja a la comunidad internacional que ejerza toda su influencia para impedir el uso de esas armas en cualquier lugar del mundo”. El presidente iraní no implicó a los rebeldes; en cambio, el portavoz de la Cancillería iraní sí lo hizo: “Hay pruebas de que grupos terroristas llevaron a cabo esa acción”, dijo Abbas Araghchi.

La guerra en Siria empezó con la revuelta que estalló en marzo de 2011, la represión que siguió y la militarización de la oposición. Según las Naciones Unidas, el conflicto ha dejado un saldo de más de cien mil muertos y obligó al éxodo a varios millones de sirios.

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Una fila de cadáveres de niños y adultos muertos por el efecto de armas químicas.
Imagen: AFP
 
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