EL MUNDO › EL ATENTADO A UN MICRO DE LA GUARDIA PRESIDENCIAL EN TúNEZ

Con la firma del Estado Islámico

Al menos 12 agentes de la guardia presidencial murieron y hubo 20 heridos anteayer, por la explosión en un micro donde falleció el guardaespaldas personal del presidente del país magrebí. El grupo jihadista asegura que causó 20 muertos.

El gobierno tunecino confirmó que el atentado perpetrado contra un ómnibus de la guardia presidencial en el centro de la capital fue obra de un suicida. El Estado Islámico (EI) reivindicó su autoría en el ataque del martes en Túnez con un comunicado que fue difundido en varias cuentas jihadistas en las redes sociales. “El autor del ataque, un tunecino identificado como Abu Abdalá al Tunisi, entró en el vehículo con un cinturón de explosivos y se hizo estallar”, indicó el texto. Al menos 12 agentes de la guardia presidencial murieron y hubo 20 heridos anteayer por la explosión en un micro donde falleció el guardaespaldas personal del presidente del país magrebí. El grupo jihadista asegura que causó 20 muertos. Y publicó una foto del supuesto autor del ataque, en la que aparece vestido de blanco, con un cinturón de explosivos y un velo que le cubre la cara. Encabezado por el presidente Beyi Caid Essesbi, El Consejo de Seguridad Nacional decidió cerrar el límite con Libia, durante 15 días, desde la medianoche de ayer, y reforzar la vigilancia de las fronteras marítimas y en aeropuertos.

La explosión se produjo en una parada habitual de micros donde la guardia presidencial suele hacer relevos de personal, informó la corresponsal de la BBC en Túnez. El atentado se produjo el martes a las 17 hora local (13 de Argentina) cerca de la avenida Mohamed V, una arteria muy frecuentada, no lejos del Ministerio del Interior. El tránsito en la céntrica avenida estaba colapsado debido a las fuertes lluvias y a los anegamientos. “Como de costumbre, subimos al autobús para ir al trabajo. En el momento en que el conductor se disponía a arrancar, se produjo la explosión”, relató a la radio nacional uno de los guardias heridos.

Las primeras informaciones apuntaban a la posibilidad de que se tratara de un explosivo adosado al piso del vehículo o, incluso, ubicado en una mochila dejada al costado de la avenida por donde circulaba el ómnibus. “De acuerdo con la investigación preliminar, el atacante llevaba una mochila a la espalda, un abrigo y auriculares. Hizo explotar la carga en la puerta del vehículo”, explicó a la emisora local Shems FM el oficial Hichem Gharbi, de la seguridad presidencial, dando crédito a la segunda versión.

Según el Ministerio de Interior tunecino, el cinturón fue confeccionado con un tipo de explosivo plástico llamado Semtex, utilizado por los jihadistas en Libia y que ingresa a Túnez de forma legal desde 2014. “El cinturón contenía cerca de 10 kilos de ese material de uso militar”, explicó el Ministerio del Interior. La presidencia tunecina informó que dentro del ómnibus fue encontrado el cuerpo de una decimotercera persona: según todos los indicios, se trataría del hombre que realizó el ataque. Las autoridades también anunciaron que reclutarán a 3000 personas para el Ministerio del Interior y otras 3000 para el ejército en 2016. Essebsi informó el restablecimiento del estado de emergencia, levantado hace menos de dos meses, así como un toque de queda para el área metropolitana de Túnez entre las 21 y las 5 de la mañana (17 y la 1 hora argentina).

El atentado es el tercero que sufre Túnez en lo que va del año y supone un cambio de estrategia de los jihadistas, que en los dos anteriores habían atentado contra la industria del turismo. El primero se produjo el 18 de marzo en el museo El Bardo de la capital, donde dos hombres –también vinculados al EI– burlaron los controles de seguridad y mataron a tiros a 22 visitantes extranjeros, en su mayoría europeos. El 26 de junio, otro joven tunecino con lazos con la rama del EI en Libia, donde recibió entrenamiento militar, asesinó a 38 turistas extranjeros en una playa de la ciudad costera de Susa. El primer ministro Habib Essid dijo ayer que en los ataques perpetrados en el Bardo y en Susa el objetivo era perturbar el proceso democrático de Túnez y golpear al sector del turismo. “El del martes es de otro tipo, ya que ataca los símbolos del Estado. Es grave, muy grave”, sentenció el mandatario.

Aunque el tráfico a la avenida Mohamed V volvió a su normalidad ayer por la mañana, el lugar del atentado seguía cerrado y los peritos de la policía seguían trabajando en el autobús calcinado. Detrás de las barricadas, donde fueron depositados ramos de flores, decenas de ciudadanos, con banderas tunecinas, manifestaban su apoyo a las fuerzas de seguridad. Túnez se enfrenta desde su revolución, que provocó la caída del régimen de Zine el Abidine Ben Ali en enero de 2011, a un ascenso de la influencia jihadista, responsable de la muerte de decenas de policías y militares.

Además de suponer un golpe a la joven democracia tunecina, el ataque coincide con una crisis en el partido gobernante Nida Tunis. A principios de mes, una treintena de diputados de la fuerza ganadora de los comicios del pasado año, tras hacer confluir en su seno a diferentes partidos vinculados por el sólo deseo de cambio, presentaron su renuncia tras ser agredidos por partidarios del hijo del presidente Essebsi. Dentro del partido, que atraviesa una grave crisis, se acusa al vástago de Essebsi de maniobrar para suceder a su padre, tanto al frente de la formación que el anciano, de 88 años, fundó, como en la presidencia.

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Funeral de los guardias presidenciales que fallecieron en Túnez por el atentado suicida contra un micro.
Imagen: AFP
 
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