EL PAíS › MACRI PRIVILEGIó A LA TROPA PROPIA EN LA ELECCIóN DE SUS MINISTROS

Con la camiseta amarilla

El futuro jefe de Gabinete, Marcos Peña, anunció a los integrantes del gobierno de Mauricio Macri. Hubo sorpresas y poco espacio para los aliados radicales. Todavía falta el ministro de Trabajo y el titular de la AFI.

 Por Werner Pertot

Arriba: Rogelio Frigerio, Alfonso Prat-Gay, Francisco Cabrera, Juan Aranguren, Guillermo Dietrich y Ricardo Buryaile.
Medio: Esteban Bullrich, Germán Garavano, Jorge Lemus, Carolina Stanley, Gustavo Santos y Andrés Ibarra.
Abajo: Pablo Avelluto, Susana Malcorra, Patricia Bullrich, Sergio Bergman, Lino Barañao, Oscar Aguad y Julio Martínez.

Un gabinete bien PRO. El futuro jefe de Gabinete, Marcos Peña, informó la casi totalidad de los ministros que eligió el presidente electo, Mauricio Macri, para su gobierno. Muchos remedan el gabinete porteño, como el de Educación, Esteban Bullrich; el de Salud, Jorge Lemus; la de De- sarrollo Social, Carolina Stanley, y el de Modernización, Andrés Ibarra. Hubo sorpresas como Patricia Bullrich al frente del Ministerio de Seguridad y el rabino Sergio Bergman ante Medio Ambiente. Macri resolvió, además, la permanencia de Lino Barañao frente al Ministerio de Ciencia y Tecnología. El gabinete económico, que privilegia una línea ortodoxa, será coordinado –como informó Página/12– por Alfonso Prat-Gay frente a Hacienda con Federico Sturzenegger que intentará desembarcar en el Banco Central. Como había anunciado Macri, no se trata de un gobierno de coalición. Predomina el amarillo en buena parte de las áreas y los radicales se quedaron con sabor a poco: tendrán los ministerios de Defensa y el de Comunicaciones, y estarán a cargo de un plan para el NOA.

Eran las 17.15 cuando Peña ingresó al auditorio del nuevo edificio del gobierno porteño en Parque Patricios y se paró detrás de un atril para dar los nombres. “Estamos orgullosos de presentar un equipo que se integra con funcionarios provenientes de diferentes orígenes políticos y lugares del país”, afirmó el futuro jefe de Gabinete. Indicó que todavía estaban trabajando en algunas designaciones como la de la Oficina Anticorrupción –se pensaba con Laura Alonso, pero aparentemente no cumple los requisitos legales–, para la Agencia contra el Terrorismo y el Narcotráfico que piensan crear y para la AFI. Para la ex SIDE, hubo contactos con un viejo conocido de Macri: Miguel Angel Toma. Desde el kirchnerismo, indicaron que si fuera él, no le darán aval en el Congreso.

Ante una pregunta, Peña insistió con que deben dejar su cargo el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli; el titular de la Afsca, Martín Sabbatella, y el de la Radio y Televisora Argentina (RTA), Tristán Bauer. “Dado que la mayoría cumplió un rol militante, sería digno que dieran un paso al costado. Y, si no, analizaremos los mecanismos para la remoción”, sostuvo Peña sin perder la sonrisa.

Sobre el encuentro entre Macri y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, Peña reforzó la versión que dio el presidente electo: “Hubiéramos preferido una actividad más normal de transición, como es habitual en los países cuando el presidente electo es invitado por el presidente a la Casa de Gobierno, se hace un acto público y a partir de ahí se hace un proceso de transición. La Presidenta ha planteado un escenario diferente. Es una falta de respeto a lo que han votado los argentinos hace tres días”.

Los ministros

Peña leyó la lista de ministros velozmente y sólo justificó el criterio elegido en algunos casos. Como ministro del Interior, nombró a Rogelio Frigerio, actual presidente del Banco Ciudad. No es el primer paso del economista por el gobierno nacional: fue subsecretario de Relaciones con las Provincias en 1996 y en 1998 asumió como secretario de Programación Económica y Regional. Cuando llegó a la Legislatura en 2011, Macri lo destinó a la estratégica Comisión de Presupuesto. En 2013, asumió frente al Banco Ciudad. Según señalaron en su entorno, una de sus tareas será discutir la coparticipación federal con los gobernadores.

Como informó este diario, el gabinete económico quedó integrado por Alfonso Prat-Gay en Hacienda y Finanzas; Francisco Cabrera en Producción; el ex CEO de Shell Juan José Aranguren en Energía; Guillermo Dietrich en Transporte; el diputado y ruralista Ricardo Buryaile en Agricultura, mientras que todavía no tienen ministro de Trabajo. Ese gabinete se completará cuando consigan que Federico Sturzenegger asuma frente al Banco Central para aplicar la política monetaria de Macri.

En Educación, asumirá Esteban Bullrich, quien se fogueó en la Ciudad con los gremios docentes y con episodios como la inscripción on line y el 0800 para denunciar actividades políticas en las escuelas. Bullrich proviene originalmente de Recrear, hasta que rompió con Ricardo López Murphy y se quedó con el partido. Bullrich es Licenciado en Sistemas, con un master en management en una universidad estadounidense. Tuvo un paso por el Ministerio de Desarrollo Social porteño antes de asumir en Educación, tras la salida de Mariano Narodowski y el breve atardecer del caminante Abel Posse, quien se fue luego de pedir una amnistía para los represores.

En Justicia, el elegido no será radical, sino el ex fiscal general Germán Garavano. Fue integrante de la ONG Fores, que impugnó a Eugenio Raúl Zaffaroni como juez de la Corte y defendió la permanencia de los jueces de la dictadura, y fundador de la ONG Unidos por la Justicia, que financiaba Francisco de Narváez. Garavano fue el encargado de aplicar desde la fiscalía la política de desalojos y criminalización de los piquetes cuando Macri llegó al Gobierno porteño. Como fiscal general, fue cuestionado por la extensa cantidad de nombramientos que hizo y los millones que gastó en viajes al exterior.

En Salud, Macri resolvió volver a traer a su gobierno a Jorge Lemus, el médico que condujo la mayor parte de su gobierno y debió renunciar luego de la reglamentación del aborto no punible, que fue declarada inconstitucional. Por cinco años, Lemus fue el ministro de Salud porteño con Macri, a quien ayudó cuando se atragantó con un bigote postizo en su casamiento mientras intentaba hacer de Freddie Mercuri.

En Desarrollo Social, también Macri optó por trasladar a su ministra porteña, Carolina Stanley. Hija del director del Banco Macro, Guillermo Stanley, la ministra proviene de la línea de la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal en el Grupo Sophia, cuyo líder máximo es Horacio Rodríguez Larreta. El esposo de Stanley, Federico Salvai, será el ministro de Gobierno bonaerense. Antes de ser legisladora y funcionaria macrista, Stanley fue asesora de la diputada María Laura Leguizamón. De perfil bajo, Stanley publicó en su Facebook: “Es un orgullo que Mauricio Macri me sume a su gabinete nacional. Creo en la política como una herramienta para transformar la vida de las personas y eso haremos”. En Turismo, asumirá el cordobés Gustavo Santos, uno hombre cercano a José Manuel de la Sota y al mundo empresarial cordobés.

El macrismo creará un ministerio de Modernización, a la medida del ministro porteño Andrés Ibarra. Hombre del Grupo Macri, Ibarra tiene una relación de años con el presidente electo. De perfil gerencial, fue parte de la privatización del Correo Argentino y lo siguió a Macri a Boca Juniors. Con la llegada de Macri al poder, Ibarra primero pasó por Educación, cargo por el que fue indagado en la causa por las escuchas ilegales y sobreseído, a diferencia de Macri. Peña detalló en al conferencia los alcances del nuevo ministerio: “Va a trabajar en recursos humanos y en jerarquizar al empleado público”.

Entre los que ya habían sido anunciados, Peña mencionó ayer al ministro de Cultura, Pablo Avelluto, a la canciller, Susana Malcorra; Hernán Lombardi al sistema público de medios; Miguel de Godoy a la Afsca. Como secretario general de la Presidencia, confirmó a Fernando de Andreis, quien fue el jefe de campaña de Horacio Rodríguez Larreta y tiene una relación familiar con Macri. Ex corredor de autos, fue jefe de bloque del PRO en la Legislatura y actualmente dirige el Ente de Turismo porteño.

Peña rechazó la editorial del diario La Nación que pedía un freno a los procesos contra delitos de lesa humanidad y, de paso, confirmó que el secretario de Derechos Humanos será Claudio Avruj, quien ocupa el mismo cargo en la Ciudad. Fue director ejecutivo de la DAIA entre 1997 y 2007. En el gobierno porteño, fue director de Relaciones Institucionales y tuvo un entredicho con Sergio Burstein a raíz del nombramiento de Jorge “Fino” Palacios frente a la Metropolitana.

Las sorpresas

El futuro jefe de Gabinete pasó rápidamente los tres nombres que más darán que hablar: Patricia Bullrich en Seguridad, Sergio Bergman en Medio Ambiente y Lino Barañao, que continuará en Ciencia y Tecnología. Con una extensa trayectoria que va de la JP al gobierno de la Alianza, donde fue ministra de Trabajo, a la Coalición Cívica y finalmente al PRO, Bullrich tendrá a su cargo las fuerzas federales. Peña confirmó que “se iniciará un proceso de traspaso de la Federal” a la Ciudad de Buenos Aires.

En el Ministerio de Medio Ambiente recalará Sergio Bergman, que se hizo conocido cuando junto al falso ingeniero Juan Carlos Blumberg cambió la letra del himno de “libertad, libertad, libertad” por “seguridad, seguridad, seguridad”. “Hay que juzgar a los terroristas subversivos”, propuso en uno de los reportajes con este diario el rabino de la tradicional sinagoga de la calle Libertad. Licenciado en Farmacia y Bioquímica, Bergman tiene masters en educación y en estudios judaicos.

La última sorpresa fue que continuará en Ciencia y Tecnología Lino Barañao. Peña afirmó que “Barañao condujo una de las políticas más exitosas. Macri pensó en él como la persona más capacitada. Lo consultó con la Presidenta y ella estuvo de acuerdo”.

Poco radical

Como era la idea original, los radicales recibieron sólo tres ministerios. En Comunicaciones (que fusionará la Afsca y la Aftic) estará el cordobés Oscar Aguad; en Defensa, el riojano Julio Martínez, y frente al Plan Belgrano, el tucumano José Cano. Se trata de un ambicioso plan de infraestructura en el NOA con 50 mil millones de pesos en cuatro años y otros 10 mil millones de dólares en infraestructura en diez años. En tanto, Buryaile no paga como radical. Lo eligieron por su rol con la mesa de enlace, cuando fue uno de los protagonistas de las protestas rurales de 2008. Peña concluyó: “La semana que viene Mauricio y Gabriela van a presentar a todo el equipo”.

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