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“Las políticas clientelares están en retroceso”

–El Ministerio de Trabajo participa de la reconversión de los planes sociales. ¿Cómo me convence usted de que ahora es mejor que antes?

–Porque ahora la política de planes sociales se convierte en una política de inserción laboral.

–El Plan Jefas y Jefes de Hogar otorgaba un monto mensual por tiempo indeterminado. Al que pasa al plan de capacitación, a los dos años se le corta la ayuda. Digo: en dos años se va a producir una reducción de hecho del número de beneficiarios.

–Ese no es el horizonte principal. Cuando se inició el Plan Jefes se buscó mantener un nivel de ingresos para los excluidos. Lo que cambia ahora a los tres años de gestión y con un proceso de crecimiento económico con empleo, es la política. Ahora vamos a hacer política activa, a buscar ocuparlos. Pero ésta no es una lectura de la derecha de decir “éstos son todos vagos”. El Estado asume una responsabilidad. Y es de tres órdenes: mejorar el ingreso, ayudar a formar y a conseguir un empleo. Y que se compute ese tiempo para su posterior jubilación. Esto implica, del otro lado, el compromiso de ir a la oficina municipal de empleo, aceptar la capacitación y la oferta de trabajo. De lo que se trata no es poner en marcha políticas de la época del ajuste sino políticas de inclusión.

–Se puede leer que hay optimismo en el hecho de que pongan un tope de dos años a este nuevo tipo de ayuda. Aunque si las cosas no terminan yendo bien, también se corre el riesgo de afectar la red de contención social.

–Insisto, lo de los dos años no es el horizonte principal. Hay que ver cómo va evolucionando el tema.

–Otra discusión que se plantea cada vez que se relanza un nuevo plan social es acerca de su universalización, que según muchos especialistas es la única manera de evitar el clientelismo político.

–La universalización es una discusión muy profunda y seria que trasciende este marco. Argentina tiene una alta capacidad de generación de empleo. Nosotros tenemos una tradición de que la inclusión social pasa por el trabajo y la educación, Y el Gobierno es consecuente con esa idea. La universalización funciona en países donde el nivel de desempleo es bajo, donde el seguro de desempleo cubre todas las transiciones y donde hay una minoría que es susceptible de la universalización. Nosotros nos tenemos que esforzar para conseguir más instrumentos para incluir. Ya bajamos la desocupación el 50 por ciento, por primera vez quebramos el crecimiento del trabajo en negro, tenemos más empleo registrado de lo que había en el ’98... y todo eso no alcanza.

–La discusión sobre la universalización tiene que ver con el número de beneficiarios y sobre todo con garantizar una política más transparente, insisto, que evite el clientelismo político.

–Las políticas no universales tienen más riesgo de clientelismo. Pero ha habido un aprendizaje social. Las prácticas clientelares están en retroceso. Hay intendentes comprometidos. Hay una profesionalidad en el tema, hay menos punteros y amigos. Eso se lo aseguro.

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