La policía de Río Negro sigue en la brecha del amasijo. A los cinco casos de gatillo fácil que conmovieron a la provincia –dos de ellos en Viedma, Trafiñanco y antes Atahualpa–, ahora se agregó una tremenda paliza y vejámenes y torturas a un fotógrafo de 19 años. El chico, Carlos Thorp, miembro de la Asociación de Reporteros Gráficos (Argra), fue detenido sin orden judicial a la salida de la presentación de un grupo rockero en la ciudad de Viedma, el miércoles por la noche. Según su padre, Marcelo Thorp, dijo a este diario, lo perseguían porque “fotografió escenas de violencia policial sobre la gente que protestaba por el asesinato de Trafiñanco”. Ayer se encontraba internado en una clínica de Viedma, donde lo revisaban por los efectos de la golpiza. Hoy el joven presentará una denuncia por los maltratos y torturas sufridos que se agregarán a la que presentó ayer su padre.

Carlos Thorp es fotógrafo asociado a la Argra, tiene 19 años y trabaja en Viedma, donde con unos colegas organizó una agencia de colaboraciones y vendía sus fotos al diario Al Día, de Viedma. Según aseguró su padre a Página/12, “mi hijo tomó fotos de los incidentes de la gente con la policía después de que un policía mató a Trafiñanco y lo estaban buscando”. Carlos fue invitado por la producción del grupo Damas Gratis, que esa noche se presentaba en Viedma, y asistió acompañado por tres amigos.

A la salida, “un policía motociclista lo marcó y cuatro o cinco policías bajaron de un patrullero y se lo llevaron detenido. A las 5.30 del jueves recibí el llamado de uno de los amigos que me dijo que lo habían detenido pero que no sabía dónde lo habían llevado”. El padre entonces llamó por teléfono a diferentes seccionales. La 34ª, donde telefónicamente le habían negado su presencia, corresponde a la zona de boliches y supuso que podía estar allí, por lo que decidió de todas maneras presentarse personalmente. En la comisaría “me encuentro con seis policías que no tenían sus distintivos de jerarquías. Cuando me presento, uno de ellos reconoce que mi hijo estaba detenido e incomunicado. Me atendió el oficial de guardia, que no se identifica y me dice que no estaba incomunicado. Le habían iniciado una causa por resistencia a la autoridad por arrojar piedras y herir a un policía, dijeron”. Thorp pidió verlo y lo llevaron hasta donde estaba, en la cocina de la comisaría, custodiado por un policía. “Tenía pequeñas escoriaciones y un hematoma visible en el ojo derecho.” A Thorn le avisaron que lo trasladarían a la comisaría 1ª. Cuando el padre llegó hasta la 1ª, descubrió un hematoma importante en el pómulo derecho, que antes no registraba. Se presentó con un perito médico que constató que tenía lesiones. “Le metieron un dedo en el ano, le lastimaron todos los dedos de las manos, le gatillaron varias veces con el arma reglamentaria.”

El joven fotógrafo fue dejado en libertad y trasladado a la Clínica Viedma, donde le realizaban placas y tomografías intentando determinar problemas físicos ocultos tras la paliza y las torturas sufridas. Ya le habían detectado hematuria, que indica lesiones en los riñones.

Hoy, el propio Carlos presentará la ampliación de la denuncia presentada por su padre, por torturas y malos tratos. La brutal policía rionegrina se puede ubicar en la cresta de la ola de inseguridad: en la segunda mitad del año incrementó la tasa de homicidios, aplicando gatillo fácil por la espalda en dos ocasiones y en otras dos, muertes a escopetazos.