DEPORTES › LA EXTENSA LISTA DE PROBLEMAS DE LA GERENCIADORA BLANQUICELESTE S.A.

Racing, en caída y sin red

El presente del equipo de Avellaneda es un fiel reflejo de la caótica administración de la sociedad anónima que preside Fernando De Tomaso, que en su corta existencia acumula diez pedidos de quiebra, todo tipo de juicios y hasta 80 cheques emitidos y rechazados.

 Por Gustavo Veiga

Todos juntos, los negativos antecedentes comerciales parecen demasiados. Ya no es un pedido de quiebra aislado de Reinaldo Merlo, el técnico inmortalizado en el bronce; ni se trata de una vieja demanda iniciada por Daniel Lalín, el calvo ex presidente que en los ’90 se proclamó “la única izquierda posible”. Todos juntos, para Blanquiceleste, los antecedentes son peores y muchos más. La lista de calamidades, bastante actualizada, incluye diez solicitudes de quiebra, otros tantos juicios sumarísimos, ordinarios o ejecutivos y la comprobación de que la sociedad anónima presidida por Fernando Enrique De Tomaso emitió ochenta cheques sin fondos entre mayo de 2007 y el mismo mes de este año, por montos que, en varios casos, superan los 300 mil pesos.

Racing, a juzgar por la actualidad de la empresa que se creó el 8 de agosto de 2000 para administrar sus bienes durante diez años (el 29 de diciembre de 2010 se cumplirá el plazo que le extendió el juez Enrique Gorostegui), sigue con pronóstico reservado. Y no sólo por su mala posición en la tabla y la amenaza latente de un segundo descenso en su historia centenaria.

En cada partido que juega De Tomaso afuera de la cancha le aparece una marca personal. La última se la hizo Francisco “Pancho” Maciel, aquel volante que salió campeón con la Academia en 2001 y que ahora integra el plantel de Huracán. Su pedido de quiebra a Blanquiceleste tiene fecha del lunes pasado, 12 de mayo. Y se agrega a los que comenzaron a llegar a la Justicia comercial desde el 14 de diciembre de 2007 (en esa oportunidad se trató del club Cerro Porteño de Paraguay por los pases de José Salcedo y Marcos Cáceres). En la nómina figuran el empresario Karin Moisés Salomón Moriñigo y el abogado Santiago Sluzewski Monti (ambos paraguayos), la dupla técnica que logró el título después de 35 años de sequía, Reinaldo Merlo y René Daulte, la empresa B.A. Financiera Cooperativa de Crédito Construcción y Vivienda Limitada y Gustavo Adolfo Costas, quien dirigió al equipo en 2007. Salomón Moriñigo y Sluzewski Monti realizaron dos pedidos de quiebra cada uno.

La compañía que preside De Tomaso desde el 1o de septiembre de 2006 y en la que figuran Mercedes De Tomaso como vicepresidenta y Jorge Luis Silva como director suplente, tiene tantos juicios en contra como pedidos de quiebra. El más antiguo se remonta al 20 de octubre de 2003 (Fernando Marín aún lideraba Blanquiceleste) y es del ex presidente Lalín. Entre quienes demandaron a la empresa se encuentran sociedades offshore, clubes, ex jugadores y particulares.

A muchos socios e hinchas de la institución quizá escape que Bergo Anstalt, una compañía con sede en Liechtenstein (un paraíso fiscal), y que le inició juicio a la gerenciadora de Racing el 18 de marzo pasado, tenía acciones en ella. Este periodista difundió el 16 de mayo de 2005 los nombres de los socios mayoritarios de Blanquiceleste que Marín mantenía ocultos hasta esa fecha: las compañías offshore, Elmtree Investment Company Limited y Bergo Anstalt. Mohammed Hussein al Amoudi, un jeque multimillonario cuya fortuna se calcula en 1500 millones de dólares, figuraba al frente de la primera. Y tenía 14.400 acciones sobre un total de 30.000, en la compañía que ahora controla De Tomaso.

Vélez le inició un juicio a Blanquiceleste el 26 de julio de 2005 porque le prestó un jugador (Eduardo Domínguez) que volvió lesionado. Todavía no hubo sentencia pero es muy posible que la gerenciadora deba indemnizar al club de Liniers con unos 100 mil pesos. El delantero Luis Enrique Rueda empezó el suyo en noviembre de 2006. Otras personas o empresas que decidieron tomar la misma medida son Xiden S.A.C.I, Natland, Orsay S.R.L, Martín Ariel Labat y Pedro Arturo Aldave Ortúzar. La AFIP, por su parte, embargó a la gerenciadora por 82.698,56 pesos en diciembre del año pasado.

A De Tomaso se le queman los papeles cuando queda en evidencia que no puede afrontar sus compromisos. Merlo y Costas, dos entrenadores, dos personajes mediáticos, son apenas los más conocidos damnificados de la insolvencia que sufre Blanquiceleste. Recibieron cheques sin fondos como pago de viejas deudas, pero los suyos apenas conforman un mínimo porcentaje de los ochenta que libró la empresa en el último año. Con un detalle adicional: setenta y dos fueron emitidos en el semestre comprendido entre noviembre de 2007 y mayo de 2008 por un total de 5.665.795,43 pesos. Todos resultaron rechazados. Apenas veintisiete cheques, en el mismo período, fueron cobrados por los receptores. El total de lo que pagó la sociedad ascendió a 1.480.706,78 pesos, al menos por la información que existe disponible en distintas fuentes del sistema financiero.

En resumen, si se tomaran los últimos doce meses, entre mayo ’07 y mayo ’08, de las chequeras de Blanquiceleste salieron órdenes de pago que no se hicieron efectivas por 6.699.634,43 pesos y sus acreedores o proveedores apenas pudieron cobrar casi un tercio de esa suma: 2.426.301,78 pesos. El cheque volador de monto más elevado era de 359.408 pesos y se emitió el 29 de febrero de 2008. En muchos de los casos, la empresa tuvo que pagar la multa correspondiente por sumas que fueron desde los 530 a los 350 mil pesos.

La actividad para la que Blanquiceleste se inscribió en agosto de 2000 en la Inspección General de Justicia, bajo el expediente 11.616, la comprometía a ejercer la “dirección, organización, conducción, planificación y gerenciamiento de instituciones deportivas, culturales, sean éstas con o sin fines de lucro y de empresas en general...” además de la producción de espectáculos deportivos y artísticos, la promoción de congresos, campeonatos, exposiciones y excursiones y hasta la fabricación y comercialización de películas de largo y corto metraje. Su capital social inicial era de 12.000 pesos.

La noche del viernes 9 de febrero de 2001 en que estrenó su vínculo con Racing (Talleres de Córdoba ganó 1 a 0 en el Cilindro de Avellaneda), la empresa, en su mensaje inaugural a los socios e hinchas, señaló: “La actividad futbolística de Racing Club exige cuadros empresarios y profesionales de alto nivel y con dedicación exclusiva. Por ello, el gerenciamiento (creativa adaptación de la palabra inglesa management) de todo lo concerniente al fútbol del club por una empresa obligada a realizar esas inversiones e integrada por equipos de primer nivel, es la única posibilidad de salida de la institución y no contradice, sino antes bien garantiza, la finalidad de la Ley de Fideicomiso”.

De Blanquiceleste ni siquiera permanece la idea de armoniosa continuidad entre los socios que la crearon. Marín le inició un juicio ejecutivo a De Tomaso el 22 de febrero pasado. Racing, cuando transcurrieron casi ocho años de administración empresaria, “no está extinguido” (como una vez dijo la contadora Liliana Ripoll), pero sí sigue controlado por una sociedad insolvente que le decretó su segunda quiebra. La quiebra de la credibilidad y la desesperanza en un proyecto que fracasó hace demasiado tiempo.

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Fernando De Tomaso sonríe, eran otros tiempos. Ahora su trabajo es objeto de muchas críticas.
Imagen: Fotobaires
 
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