–¿Podrá la Argentina evitar el impacto de la crisis mundial?

–Confío que sí. La crisis mundial tiene un carácter de gravedad estructural muy fuerte, que desde algunos sectores se pretende negar. Pese a ello, creo que la vamos a superar gracias a las políticas contracíclicas que este Gobierno está adoptando tanto en el frente fiscal como en el frente monetario. Y con medidas direccionadas a sectores específicos para evitar el impacto.

–¿Se logró neutralizar la fuga de divisas a través de las medidas cambiarias adoptadas?

–Sí, claramente se logró neutralizar la fuga de divisas. Me gustaría destacar que el tema de la formación de activos externos, que es el nombre de la fuga, es una situación estructural que Argentina estuvo viviendo en los últimos años. Si uno sigue lo sucedido en los últimos diez años, va a encontrar de manera sostenida y creciente una fuerte fuga de capitales. Entonces, en este contexto, enfrentar ese problema es un paso muy importante para avanzar en el desarrollo económico.

En ese sentido, las restricciones que se implementaron como consecuencia de un ataque especulativo contra nuestra moneda apuntaron a contener esa fuga de capitales en un momento particular de la economía: después de 10 años de crecimiento y frente a una profunda crisis internacional. En ese sentido, el objetivo que la medida buscaba en cuanto a frenar la fuga de capitales fue logrado completamente, basta mirar los datos para encontrar que esto es así: el primer semestre de este año tuvo una caída muy fuerte en relación con lo que había sido el proceso de fuga de capitales de 2011.

–¿El ritmo de actividad económica sufrió las consecuencias por esas restricciones, o es parte del impacto externo que se va superando?

–Está claro que la implementación de las restricciones tuvo como objetivo justamente lo contrario, tuvo como objetivos proteger a la economía para sostener el proceso de crecimiento y preservar el empleo. En una primera instancia puede ser que estas restricciones hayan tenido algún efecto negativo sobre la actividad económica por problemas de implementación, pero que empezaron con el tiempo a corregirse y a superarse para que el proceso pueda seguir adelante y el crecimiento siga de manera sostenida. Pero bajo ningún punto de vista, creo yo que –como desde algunos sectores se pretende instalar– las restricciones hayan sido causa de algún tipo de desaceleración económica, sino que la desaceleración económica responde justamente al contexto de crisis internacional y las restricciones tuvieron como objetivo evitar el impacto de la crisis y mantener y sostener el crecimiento económico.

–Tras esta desaceleración, ¿observa que la Argentina está en condiciones de tener un repunte en lo inmediato?

–El crecimiento económico en la Argentina, desde que empezó este año, sufrió un proceso de desaceleración en el marco de un contexto muy complejo internacional, con recesión en el mundo desarrollado y fuerte desaceleración en nuestro principal socio comercial, que es Brasil. En esa situación, tuvimos un primer trimestre de una tasa de crecimiento más baja que la que veníamos teniendo y un segundo trimestre bastante más complicado, con una caída en la actividad económica y en el sector industrial. El segundo trimestre de este año fue el peor trimestre de los últimos tres años. La buena noticia es que los indicadores de los últimos meses ya indican una reversión en este proceso, una reversión en el ciclo, una recuperación.

–¿Por efecto sólo de las políticas internas o porque hay mejores noticias desde afuera del país?

–Las noticias provenientes de Brasil, como consecuencia de las políticas contracíclicas que está implementando, son positivas para la evolución de la economía argentina. Yo creo que el segundo semestre, en materia de actividad económica, va a ser mejor que el primero y que lo peor de la crisis ya pasó. Creo que lo peor de la crisis fue el segundo trimestre. Este tercer trimestre y el cuarto del año van a ser mejores, y la Argentina va a cerrar el año con una tasa de crecimiento positiva. Por debajo de las que veníamos registrando en los últimos años, pero positiva en un marco de recesión internacional.