EL MUNDO › MAS DE CUATRO MILLONES DE HAITIANOS ACUDEN A LAS URNAS

Hoy se vota en Haití entre el miedo y el cólera

Las escasas encuestas previas limitan las chances de triunfo a tres candidatos: la ex primera dama Mirlande Manigat, el oficialista Jude Célestin y el popular cantante Michel “Sweet Micky” Martelly.

Unos 4 millones 100 mil haitianos están empadronados para votar hoy al nuevo presidente y legisladores, aunque se espera que sean muchos menos los que vayan a las urnas, desmotivados por la situación desesperante que atraviesa el país más pobre de América latina.

La imparable expansión del cólera, la extrema pobreza y los cuestionamientos a las fuerzas de la ONU instaladas en el país se robaron buena parte del interés de la campaña, inusualmente escasa, pese a que hay 18 candidatos a la presidencia y 66 partidos que pujan por llegar al Congreso. Muy diferente de cualquier otra campaña proselitista, en Haití las semanas previas a los comicios no mostraron grandes actos, ni recorridas masivas ni, mucho menos, publicidades en los medios, sino sólo pequeñas apariciones, algunas caminatas y unos pocos carteles.

Una de las características salientes de esta elección es que autoridades electorales han proscripto al dos veces presidente constitucional Jean Bertrand Aristide y a su partido mayoritario, Fanmi Lavalas, según dice para evitar una repetición de la guerra civil que llevó a su segundo derrocamiento, en el 2004.

Además de quien sucederá a René Préval –que se convertirá en el único haitiano en terminar dos mandatos–, quienes se acerquen a votar deberán elegir 99 integrantes de la Cámara de Diputados (la totalidad del cuerpo) y 11 senadores nacionales (un tercio de la Cámara).

Las elecciones llegan tras una sucesión de catástrofes que hundió a la mitad de la Isla La Española –la otra mitad es República Dominicana– en una pobreza aún más profunda: un terremoto en enero, una serie de huracanes después y la epidemia del cólera ahora. Ese cuadro hizo que crecieran las dudas sobre la representatividad de la compulsa de mañana, cuyo porcentaje de votantes se presume bajo, aunque el Consejo Electoral Provisional (CEP), encargado de organizar el operativo, se esmeró en hablar de normalidad.

De hecho, el CEP, en cada comunicado, ratifica “su compromiso de organizar elecciones libres, democráticas, transparentes e inclusivas”. Esa pretensión constituye todo un desafío si se tiene en cuenta que el país registra no más de cuatro elecciones realmente limpias en sus dos siglos como república. Las escasas encuestas previas limitan las chances de triunfo a tres candidatos: la ex primera dama Mirlande Manigat (esposa del derrocado Leslie Manigat), del RDNP; el oficialista Jude Célestin –casi un desconocido hasta que fue elegido a dedo por Préval–, por Inite; y el popular cantante Michel “Sweet Micky” Martelly.

Se presentan también Jacques Alexis, de Movilización para el Progreso; Leon Jeune, del KLE; Yves Cristalin, del Lavni; Genaro Joseph, de Solidaridad; Leslie Voltaire, del Ansamn Nou Fou; Charles Baker, del Respe; Jean Anacacis, del Modejha; y Eric Smarki Charles, del PENH. El cuadro de postulantes se completa con Wilson Jeudy, de Fuerza 2010; Chavannes Jeune, de Accrha; Garaudy Laguerre, de WOZO; Jean Henry Ceant, de Renmen Hayiti; Gerard Blot, de Plataforma 16; Yvon Néptume, del Haitianos para Haití; y la independiente Josette Bijou.

En total se dispuso 11.181 centros electorales en 1500 distritos de voto, que fueron divididos en zonas “rojas, amarillas o verdes” en función de la conflictividad que presentan. Los comicios serán controlados por una misión de observadores de la OEA y la Caricom, que advirtió sobre los riesgos de enfrentamientos entre distintos sectores el mismo día de las elecciones, una amenaza que también lanzaron grupos que cuestionan que no se haya postergado la votación.

Es que a la postura de no pocos sectores en favor de volcar todos los recursos del Estado para atender la emergencia sanitaria se agregan las reiteradas manifestaciones contra la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), no sólo porque hay quienes la consideran una fuerza de ocupación, sino además porque está sospechada de ser el origen de la epidemia del cólera.

Para la conducción de la ONU, en cambio, la presencia de esos cascos azules –unos 9000 de una decena de países– es lo único que puede garantizar cierta paz y el desarrollo más o menos ordenado de los comicios. Desde el domingo 13, la Minustah tiene en marcha la Operación Bonjour (en español, “buenos días”) para “contrarrestar y prevenir todo comportamiento ilegal que amenazaría las elecciones”.

Haití debió haber elegido presidente en febrero, pero las consecuencias del terremoto del 12 de enero obligaron a postergar la compulsa. Una nueva postergación hubiera generado un problema extra, porque el mandato de Préval termina el 7 de febrero y nadie puede asegurar que se hubiera podido organizar cierta continuidad de una institucionalidad de por sí debilitada.

El CPE anunció que recién el 7 de diciembre tendrá resultados preliminares y el 20 los definitivos. Si ninguno de los postulantes alcanza la mitad más uno de los votos, algo que parece improbable según los sondeos, habrá una segunda vuelta el 16 de enero.

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Seguidores de Mirlande Manigat sostienen carteles en la previa de las elecciones.
 
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