EL PAíS › LOS NACIONALISTAS SON FAVORITOS Y LOS SOCIALISTAS CORREN RIESGO DE RECIBIR UNA DURA PALIZA

La crisis marca a la elección catalana

El nacionalista moderado de Convergencia i Unió (CiU) Artur Mas parte como claro favorito en las encuestas, por delante del actual presidente de la Generalitat, el socialista José Montilla, quien busca la reelección con apoyo de Zapatero.

Más de 5,3 millones de catalanes están llamados a votar hoy un nuevo Parlamento que decidirá al presidente regional en unas elecciones que serán la primera prueba electoral para el presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero desde el inicio de la crisis económica.

El nacionalista moderado de Convergencia i Unió (CiU) Artur Mas parte como claro favorito en las encuestas, por delante del actual presidente de la Generalitat (Ejecutivo autonómico), el socialista José Montilla, quien busca la reelección con apoyo de Zapatero. Pese a que el sentido del voto en las elecciones regionales no suele coincidir con las generales, una debacle socialista en Cataluña puede suponer un duro golpe para el jefe del Ejecutivo español, que perdería uno de sus principales feudos electorales a un año y medio de las elecciones de 2012, a las que no dijo si se presentará.

La previsible derrota llegará en un mal momento, cuando la economía sigue estancada, el desempleo ronda el 20 por ciento y España vuelve a estar en la mira de los mercados financieros que castigan su deuda como consecuencia de los problemas de Irlanda. La comunidad autónoma de Cataluña, situada en el noreste de España, es el principal polo industrial del país y es la región que más aporta al conjunto del Estado español en términos de PBI, un 18,6 por ciento.

Pero los catalanes están sufriendo con especial fuerza la crisis económica, que elevó la de-socupación hasta el 17,4 por ciento, con mayor incidencia en barrios periféricos del Area Metropolitana de las grandes ciudades, el conocido “cinturón rojo”, que aporta a los socialistas su mayor caudal de votos. La crisis y la respuesta conservadora del gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que aprobó un plan de ajuste y una reforma laboral que recorta derechos, provocó un efecto desmovilizador en el electorado de izquierda, que ahora verá cómo en Cataluña se produce un giro a la derecha.

Cataluña y Andalucía son las regiones que más votos aportan a los socialistas en las generales, por lo que estos comicios adquieren especial trascendencia, ya que serán un termómetro del descontento social de cara a las próximas citas con las urnas. En seis meses, la mayoría de las comunidades autónomas celebrarán elecciones que coincidirán también con los comicios municipales en toda España, antesala de las generales de 2012. Es por ello que tanto Zapatero como el líder del opositor Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, se volcaron con sus respectivos candidatos en la campaña en Cataluña.

“El cambio empieza en Cataluña”, señaló Rajoy en casi todos los mitines que participó respaldando a Alicia Sánchez Camacho, quien podría quitarles a los independentistas de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) el tercer lugar como fuerza política. Los sondeos coinciden en el que CiU obtendrá entre 60 y 65 diputados, muy cerca de la mayoría absoluta de 68 escaños, y no tendrá problemas para gobernar ya que los miembros del “tripartito” de izquierda no consiguen sumar más votos entre todos.

La ciudadanía castiga a los socialistas (PSC), que con un líder poco carismático como José Montilla afrontando los avatares de la crisis económica, se desploman pasando de 37 a 30 escaños, obteniendo los peores resultados de su historia. El rechazo popular afecta también a los otros dos socios del tripartito.

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Cierre de campaña del socialista José Montilla, que busca la reelección.
 
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