SOCIEDAD › LA JUEZA CREE QUE EL CONDUCTOR DEL MICRO DE SAN LUIS IBA DISTRAIDO Y TENIA AURICULARES

Las primeras sospechas, sobre el chofer

Al parecer, el motor del colectivo se ahogó en medio de las vías y luego fue embestido por el tren. La jueza dijo que, según testimonios, el conductor incluso habría saltado del vehículo. El jefe de policía aseguró que todavía no se tomaron declaraciones.

 Por Pedro Lipcovich

En el primer día de la investigación del accidente de Zanjitas, la jueza Mirtha Esley apuntó directamente al chofer del micro, que presuntamente “iba distraído”, “escuchaba música con auriculares” e incluso habría saltado del vehículo dejándolo en medio de las vías. El jefe de Policía de San Luis, en cambio, advirtió que todavía no se tomó declaración a ningún testigo presencial: “Hasta ahora no hay testimonios precisos, sólo trascendidos de los que no podemos hacernos cargo”. Entretanto, once nenas fueron dadas de alta en el Complejo Sanitario San Luis, donde una catequista se hallaba ayer en estado “crítico” y los psicólogos trabajaban para tratar de calmar a las niñas mutiladas y sus familias.

La jueza Mirtha Esley, a cargo del Juzgado en lo Penal y Correccional Nº 1 de San Luis, afirmó que el chofer, Julio Sebastián Jofre, de 29 años, “iba distraído y se le quedó el colectivo”. Además, “tenemos testimonios que dicen que el chofer no estaba al momento del impacto, por lo que bien pudo haber bajado o saltado. Llama mucho la atención que las ropas del chofer estén prácticamente limpias, sin rastros del accidente, y hay una rotura en el parabrisas”. Esto, “al margen de la imputación penal, sería algo terrible, porque abandonar un pasaje es gravísimo”. La magistrada agregó que el chofer “tenía auriculares puestos, probablemente escuchando música”.

La magistrada afirmó que, al llegar el colectivo al paso a nivel sin barreras, “el motor hace primero un ruido ascendente y luego descendente, se ahoga y queda anclado en medio de las vías y no pudo salir de allí”. En cuanto a si el vehículo, perteneciente a la empresa Polo, pudo haber sufrido una falla mecánica, la jueza dijo que espera el resultado de las pericias, pero “tengo entendido que no”. En cambio, “hubo una vacilación total en el paso a nivel” por parte del chofer.

La jueza agregó que, al llegar al lugar del accidente, encontró “un panorama devastador. Estaba todo desparramado en las vías, los juguetes, la ropa y las tortas que las niñas habían hecho para compartir. Pero lo más fuerte fue para los padres que venían detrás del colectivo, ya que vieron el ómnibus de sus hijos dar vueltas por el aire”.

Jofre todavía no prestó declaración y se halla internado en una clínica privada, bajo custodia policial. El personal de la subcomisaría tercera de Beazley, que instruye las actuaciones sumariales, caratuló provisoriamente el expediente como “Averiguación de homicidio múltiple en accidente de tránsito”. Los maquinistas del tren –Alberto Fabio Fernández, de 50 años, y Juan José Urrutia, de 51, ambos con domicilio en Justo Daract, San Luis– declararon que, al ver el colectivo, aplicaron los frenos, pero les resultó imposible detener el tren a tiempo.

Oscar Calderón, jefe de la policía de San Luis, dijo a Página/12 que “todavía no podemos decir si el chofer cometió negligencia porque no hay testimonios, sino trascendidos, de los que no podemos hacernos cargo”. El funcionario precisó que “las nenas que viajaban en el colectivo todavía no declararon; quedaron en estado de shock y sólo podrán declarar en su momento con autorización de los padres. En cuanto a adultos, en el colectivo viajaban cinco: la vicedirectora y una maestra, que murieron; una catequista, que está grave; el chofer, que todavía no declaró; y un hombre, familiar de una de las niñas, que tampoco ha declarado”. En cuanto a las afirmaciones de la jueza, “ella es la autoridad máxima de la actuación y la respeto en su declaración pública; tendrá fundamentos que no puedo afirmar ni desmentir, no los he visto”.

María Lucero y Roberto Lencina, padres de dos de las niñas heridas, afirmaron que sus nenas les habían dicho que “el chofer iba con auriculares puestos” y sostuvieron que “ellas, al ver el tren, le gritaron avisándole, pero no las escuchó y de pronto saltó del colectivo, antes de que el tren lo embistiera”.

Ayer fueron dadas de alta once de las niñas hospitalizadas en el Complejo Sanitario San Luis, según anunció Roberto Schwartz, director del establecimiento. Una adulta, la catequista María Correa, se hallaba en estado “crítico”. Tres niñas, en terapia intensiva con lesiones graves, “evolucionan favorablemente”. Hay once chicas en la sala pediátrica común, una de las cuales sería operada la semana que viene. También está internado un hombre adulto con una fractura y traumatismo de cráneo leve. Schwartz agregó que “los psicólogos están conteniendo a los pacientes que han sufrido alguna mutilación, trabajando con ellos y sus familiares”.

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El velatorio de las víctimas fatales se hizo en la Catedral de San Luis.
 
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