DEPORTES › EL PLAN “FUTBOL PARA TODOS” ESTA EN MARCHA, AUNQUE CON MUCHAS INCERTIDUMBRES

Encerrado en un laberinto

La primera etapa se cumplió con la rescisión del contrato con TSC, pero la continuidad no está clara. El acuerdo entre el Estado y la AFA no se conoce, los dirigentes pelean por la distribución del dinero que ingresa y en TyC planean una estrategia jurídica.

 Por Gustavo Veiga

La primera etapa del plan “Fútbol para Todos” se cumplió –el contrato entre la AFA y la empresa TSC quedó rescindido– pero las que ahora continúan han sido ganadas por una momentánea incertidumbre. El acuerdo firmado entre el Estado y la asociación que preside Julio Grondona todavía no se conoce, tampoco se sabe cómo hará el dirigente para poner en práctica los controles que le pidió la presidenta Cristina Kirchner, ni cómo se repartirán 600 millones de pesos los clubes, más allá de las deudas que deberían descontárseles. Mientras tanto, se confirman en cuentagotas detalles de ese mundo privatizado de cámaras y estudios de televisión que ya no existe, como que la estrategia jurídica del Grupo Clarín sigue blindada y que el rating del fin de semana en la señal TyC Sports declinó ante la irrupción de los partidos por la TV abierta.

El contrato firmado el jueves 20 de agosto en Ezeiza tiene “apenas cinco carillas”, como lo describió uno de los pocos dirigentes que discutió sus cláusulas con los funcionarios del área Legal y Técnica del Gobierno. Si es tan flaco en contenido es porque las partes se vieron relevadas de citar antecedentes y ampliaciones sucesivas como las que tenía el anterior. La AFA y TSC (sociedad que comparten a medias Clarín y la productora Torneos y Competencias) habían rubricado su último vínculo el 22 de junio de 2007.

Funcionarios de distintas áreas de la comunicación del Estado esperan con ansiedad hacerse de una copia, aunque más no fuere para leerlo por curiosidad. Pero el contrato se hace negar y eso abona las más febriles hipótesis de cómo se continúa con el “Fútbol para Todos”. Una situación clave que intranquiliza, aunque en este caso a los dirigentes de clubes que se destacan por sus administraciones austeras y prolijas, es de qué manera la AFA pondrá el ojo en las cuentas de los que se endeudan de manera irresponsable.

La presidenta de la Nación le pidió tres veces a Grondona que instrumente los controles, le contó a Página/12 un testigo presencial del encuentro donde se acordó recuperar las imágenes del fútbol que monopolizaba TSC. La AFA tendría que empezar a discutir una forma de anunciar cómo se hará en la reunión de su Comité Ejecutivo pasado mañana. Pero lo más probable es que se pase de largo esa cuestión que escalda la piel a los dirigentes irresponsables, y todos, con apenas algunas voces críticas, se zambullan en esa pileta llena de billetes que hay para repartir.

El presidente de Lanús, Alejandro Marón, presentará un proyecto de distribución de los ingresos que contempla una serie de variables. Son cinco o seis: la buena administración está entre ellas, como no podía ser de otra manera. Pero lo que quizá perturbe a los que más cobran es que propone dividir el aumento por veinte, tanto como la cantidad de clubes que juegan en Primera División. Las variables harían jugar después los porcentajes hacia arriba o hacia abajo.

La idea guarda relación con un conflicto no resuelto entre los dos grupos de instituciones que siguen a los más grandes, Boca y River. A los dos casi nadie les discute su derecho adquirido a recibir más por su poder de convocatoria y, por añadidura, el rating que generan en la pantalla chica. Pero entre Racing, Independiente, San Lorenzo y Vélez (que se ubican en el segundo escalón) y los doce restantes, sin contar a los recién ascendidos, Chacarita y Atlético Tucumán, hay discordia desde hace rato. Sobre todo, por la fuerza que hacen para lograr un aumento en sus ingresos, los más destacados en lo deportivo e institucional como Estudiantes y Lanús, además de Huracán, aunque en este caso, por motivaciones que vienen de la historia: su reafirmación de sexto grande. Lo que nadie se atreve a impugnar en público es la justa pretensión del fútbol de Ascenso para cobrar un porcentaje de los flamantes ingresos. En reserva, varios presidentes de clubes de Primera División lo aceptan, pero nadie garantiza qué harán si ven disminuida la proporcionalidad de sus ingresos que ya tienen garantizada en base al viejo orden.

Alejandro Korz, abogado y máximo dirigente de Atlanta, dice que el principal problema es el artículo 94 del Estatuto de la AFA, que señala: “Los ingresos que se produzcan por cada una de las competencias profesionales, en concepto de derechos de televisación, en directo y/o diferido, corresponden íntegramente a la Asociación del Fútbol Argentino, y su forma de distribución dentro de cada Categoría será establecida a través del Comité Ejecutivo”.

Korz tiene un instinto de supervivencia muy desarrollado, como todo directivo del Ascenso. Su club juega en la tercera categoría, en 1991 le decretaron la quiebra, perdió la sede social y lentamente se recuperó, a tal punto que el 29 de marzo pasado inauguró un nuevo estadio hecho por completo de cemento. Por eso sostiene: “Siempre hablamos de un porcentaje fijo, pero en el Comité Ejecutivo los clubes que no somos de Primera tenemos una minoría abrumadora. Incluso, yo creo que es una buena oportunidad de darles un dinero a las categorías que no son profesionales, como la C y la D”.

No suena descabellado este planteo. Ni que entre la B Nacional y la Primera B pudieran recibir entre un 15 y un 18 por ciento de los 600 millones de pesos, que incluya los contratos que TyC mantiene vigentes con esas categorías porque la AFA no los rescindió. Tampoco debería prestarse a dudas que a River, Boca, San Lorenzo e Independiente les descuenten el dinero adelantado que recibieron para pagar deudas millonarias. El equivalente a un 70 por ciento de los 100 millones de pesos pagados por el Gobierno en su primera cuota.

Mientras los dirigentes se aprestan a definir un nuevo status interno que amenaza con dejar varios heridos, una fuente de TyC afirma que los abogados de la empresa y del Grupo Clarín continúan discutiendo la estrategia jurídica con que intentarán atacar la ruptura del contrato. “Se analiza avanzar contra los dirigentes, pero como todavía hay cuestiones que no están claras, este tema sigue igual, sin novedad.” Hay hechos que confunden a la productora que hacía y deshacía con las imágenes televisivas. “En el primer partido del campeonato entre Gimnasia y Godoy Cruz no nos dejaron entrar las cámaras y ese mismo día, en Independiente-Newell’s, sí pudieron ingresar”, completó el vocero del sector empresario.

Los primeros afectados por la caída del contrato que se extendía hasta 2014 fueron el sector de producción y la programación del fin de semana. “Domingol y la edición dominical de Estudio Fútbol no tuvieron buen rating, aunque Paso a Paso lo mantuvo en su nivel histórico de un punto y medio o dos puntos”, señaló la fuente. Esos programas se emiten por TyC Sports, el canal que le pertenece a Tele Red Imagen SA (Trisa), una compañía que funciona como espejo de TSC, donde también están asociados TyC y Clarín.

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La TV abierta dejó con muy bajo rating a la señal de TyC Sports durante el fin de semana.
Imagen: Télam
 
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