ECONOMíA › PARA LOS DIRIGENTES RURALES NACIONALES LOS BLOQUEOS SON UNA CONSECUENCIA DEL MALESTAR QUE IMPERA ENTRE “LAS BASES”

Frenan la hacienda para presionar al Gobierno

Los productores iniciaron su segundo lockout del año para protestar contra las retenciones. Habían prometido que se iban a mantener a la vera de las rutas, pero ayer hubo cortes y no sólo impiden el paso de granos sino también de hacienda.

 Por Fernando Krakowiak

Los productores rurales iniciaron ayer un nuevo lockout en rechazo a las retenciones móviles que se complementó con bloqueos momentáneos de rutas y puertos. La novedad del día es que no sólo se evitó el paso a los camiones con granos, sino también el transporte de hacienda en pie, situación que podría generar problemas de abastecimiento interno y la eventual suba del precio de uno de los productos más sensibles de la canasta básica. En Gualeguaychú, el chacarero Alfredo De Angeli, uno de los más intransigentes, aseguró ayer que la hacienda “no pasa porque los productores decidieron que no pase. No queremos desabastecer, pero vamos a dejar morir las vacas en los campos antes de regalarlas”. La dirigencia del campo dejó trascender su preocupación por los cortes, ya que no estaban previstos en el anuncio que realizaron el miércoles, pero se lo atribuyeron al malestar de “las bases”. Hoy por la tarde, las cuatro entidades realizarán un acto en la localidad chaqueña de Roque Sáenz Peña para intentar hacer una demostración de fuerza.

Los bloqueos se registraron a partir de la mañana en rutas de Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba y Buenos Aires y varias asambleas decidieron al final de la jornada que hoy seguirán con esa modalidad de protesta. Durante los 21 días del primer lockout la falta de carne y el consecuente aumento de precios fue una de las causas que provocó mayor malestar en la población. La consultora Equis, por ejemplo, registró entonces aumentos de 178,8 por ciento en falda con hueso, 84,4 en cuadril, 21,5 en paleta y 12,5 por ciento en asado.

Los dirigentes del agro expresaron el jueves que su intención era evitar el desabastecimiento y refutaron las acusaciones del Gobierno que vinculó la aceleración de la inflación con la protesta agraria. Sin embargo, en la audiencia realizada por el juez Marcelo Aguinsky la semana pasada se negaron a asumir el compromiso de no afectar la provisión de alimentos en caso de que decidieran convocar a un nuevo lockout, como finalmente ocurrió.

Los ruralistas afrontan una disyuntiva. Saben que el corte de ruta y el desabastecimiento los enfrentará con una porción de la población restándole legitimidad a la medida de fuerza, pero si no recurren a los bloqueos el riesgo es que el reclamo pierda fuerza y se vaya diluyendo. De hecho, algunos analistas aseguraron ayer a este diario que el impacto que podría generar el lockout sobre la recaudación fiscal no será significativo si se limita sólo a ocho días y la eventual presión sobre la cotización del dólar sería fácilmente controlable por el Banco Central.

Además, los cortes de rutas eliminan el riesgo eventual que les supondría a los productores tener que reconocer una baja adhesión a la protesta. Los bloqueos evitan que otros empresarios comercialicen mercadería, aunque estos sean más que los que se manifiestan en las rutas. De hecho, esa era una de las causas por las cuales muchos de los que hoy protagonizan o apoyan las cortes criticaban a los trabajadores piqueteros durante la década del 90 y el peor momento de la crisis posterior a la devaluación. “No dejan trabajar a la gente que quiere hacerlo”, repetían por entonces.

La dirigencia rural visualiza esa contradicción. Por eso buscará, en la medida de lo posible, que las demostraciones de fuerza se realicen con concentraciones masivas en los pueblos del interior y generando consenso entre dirigentes municipales y provinciales, para que éstos le metan presión al Gobierno nacional. El acto que mañana se va a realizar en la localidad chaqueña de Sáenz Peña es un ejemplo de las manifestaciones que se buscan generalizar en todo el país. Por su parte, el titular de Federación Agraria, Eduardo Buzzi, confirmó ayer que el lunes se reunirá con el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, para avanzar por la otra vía a la que apuesta el sector, para no tener que depender de los cortes de ruta.

La estrategia de las entidades es plantear su reivindicación sectorial como una causa nacional que busca unir al pueblo en contra de un Gobierno que supuestamente sólo quiere acumular poder para administrar los asuntos públicos sin apelar al consenso. Por eso también agitan la consigna “todos somos el campo” y le piden a la población que se ponga la escarapela para apoyarlos. No obstante, saben que será más difícil sumar adhesiones si vuelven a vaciar las góndolas de carne, como plantea De Angeli.

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“Vamos a dejar morir las vacas en los campos antes de regalarlas”, prometió Alfredo De Angeli.
Imagen: Bernardino Avila
 
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