ECONOMíA › ALLANAN CEREALERAS POR PRESUNTA EVASION FISCAL

A la caza de empresas fantasma

La Justicia realizó ayer 27 allanamientos, a pedido de la AFIP, en distintas compañías cerealeras sospechadas de utilizar empresas “fantasma” para ingresar al mercado formal granos no declarados. La maniobra representa una complejización del uso de las tradicionales “facturas truchas”. A diferencia de ese difundido mecanismo de evasión, las empresas “fantasma” son más difíciles de detectar para los organismos de control. La creación de compañías pantalla permitía a las firmas multinacionales como Noble, Nidera, Alfred Toepfer, CHS y Louis Dreyfus reclamar el reintegro de IVA y Ganancias cuando exportaban los granos sin haber cancelado esos impuestos al momento de hacerse de la mercancía. También están involucradas grandes firmas locales como Vicentin y otras que operan en el mercado interno, como Gear, Ricedal Alimentos, Oliva y FAVA.

Las cerealeras argumentan, cuando se detectan estos casos, que la responsabilidad no recae sobre ellas, sino sobre el vendedor de los granos, ya que no pueden conocer a cada uno de sus proveedores. Desde la AFIP rechazan ese argumento y consideran que son las cerealeras las que contratan los servicios fraudulentos. Todavía no se determinó el monto de la evasión. La causa está radicada en el Juzgado Federal 2 de Lomas de Zamora, a cargo de Ferreiro Pella.

Los 27 allanamientos fueron realizados en distintas localidades de las provincias de Mendoza, Córdoba, Chaco, Santa Fe y Buenos Aires. Todavía resta identificar a los productores que venden los granos en negro y a los responsables de proveer los servicios para la creación de las empresas fantasma.

En paralelo a la investigación, distintos procedimientos realizados por el organismo que conduce Ricardo Echegaray en la provincia de Misiones resultaron en la incautación de 214 toneladas de soja no declarada con un valor estimado de 570.000 pesos que iban a ser contrabandeadas al exterior. La mercadería se encontraba disimulada en diferentes envases para ocultarla del control aduanero e impositivo y evitar así el pago de derechos de exportación. Se estima que se evadió el pago de 200.000 pesos en impuestos.

La AFIP explicó en un comunicado que la soja era traída en transporte de carga disimulada en bolsas de harina, fertilizantes o alpiste. El organismo calculó que la carga fue desplazada en diez camiones y se acopiaba en depósitos clandestinos lindantes a zonas fronterizas, con la finalidad de no ser detectados en los controles habituales. Luego eran trasladados en diferentes tipos de transporte de manera ilegal por puntos no habilitados a través de la frontera, o inclusive, egresados eventualmente a través del tráfico vecinal fronterizo.

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