EL MUNDO › SE IMPUSO EL “MENOS ISLAM”

Holanda va por derecha

 Por Nicolás Nagle

Desde Bruselas

“Más seguridad, menos crimen, menos inmigración, menos Islam, esto es lo que Holanda ha elegido”, anunció Geert Wilders, el gran ganador de las elecciones holandesas que, a pesar de no obtener la victoria, logró doblar los escaños de su partido en el Parlamento. La noticia de un partido de derecha xenófoba con altas posibilidades de formar gobierno de coalición fue recibida con estupor en Bruselas y otras capitales europeas.

El partido liberal VVD obtuvo la mayor cantidad de escaños superando a los laboristas de centroizquierda de PvDA por un margen mínimo –31 contra 30–. En tercer puesto quedó el Partido de la Libertad de Wilders, con 24 escaños. El partido de gobierno, los demócratas cristianos del primer ministro Jan Peter Balkenende, sufrieron la mayor derrota, perdiendo la mitad de su electorado. Bajo titulares que hablan de una derrota aplastante, Balkenende se retira luego de ocho años en el gobierno.

Frits Huffnagel, un vocero del VVD, anunció el comienzo de negociaciones con el partido de Wilders con el objetivo de formar un gobierno de coalición. Sin embargo, aún no se descarta que los liberales se alíen con los laboristas.

La incertidumbre respecto del futuro gobierno podría dejar a Holanda sin primer ministro por varios meses. Mark Rutte, líder del VVD y probable futuro primer ministro, sostuvo que deseaba alcanzar un acuerdo antes del 1º de julio. Sin embargo, durante las anteriores negociaciones para alcanzar un gobierno de coalición, fue necesario esperar más de tres meses.

Uno de los principales temas de discusión durante la campaña fue la difícil situación económica que se vive en Europa y Holanda. Actualmente, Holanda tiene un deficit público de 6,6 por ciento y ya hay preparativos para un plan de reajuste. Las cuentas públicas holandesas se desfinanciaron cuando el gobierno ayudó al banco ABN AMRO con 26 mil millones de euros tras el impacto de la crisis financiera. Posteriores gastos públicos para reactivar la economía empeoraron las finanzas –provocando un aumento en los intereses de los bonos de deuda–.

Los liberales pretenden bajar el deficit mediante la reducción del gasto público, pero sin aumentar los impuestos. El plan es ahorrar 39 mil millones de euros durante la próxima década. Estas medidas podrían ser difíciles de llevar a cabo si los liberales forman un gobierno de coalición junto a los laboristas.

La inmigración fue el otro tema candente durante la campaña. Las elecciones holandesas son las primeras en tener lugar en un país de la Eurozona luego del comienzo de la crisis económica en Europa. El actual período de tribulaciones económicas ha visto el resurgimiento de partidos de extrema derecha en varios países europeos –entre ellos, Austria, Italia, Francia y Suiza–.

“Lo imposible ha ocurrido”, proclamó Wilders extático. “Queremos ser parte del nuevo gobierno.” Un eventual gobierno de coalición entre los liberales y el partido de Wilders es posible, ya que ambas agrupaciones siguen una retórica pro-mercado y desean limitar la inmigración.

Sin embargo, Wilders es una figura que genera fuertes divisiones dentro y fuera de Holanda, por lo cual no está claro que Rutte –líder del partido liberal–, acepte una alianza.

Wilders es famoso en toda Europa por sus declaraciones explosivas en contra del Islam. En el pasado se ha referido al Corán como un “libro fascista” que debería ser prohibido. En su programa político propone parar la inmigración proveniente de países árabes y la prohibición del velo y construcción de mezquitas.

Holanda tiene aproximadamente un 5 por ciento de población musulmana –una de las mayores de Europa–. “Una Holanda dividida”, tituló el periódico NRC Next tras el resultado de las elecciones.

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