EL MUNDO › CAMERON SUSPENDIO SU DISCURSO ANTI UE POR LA CRISIS DE REHENES EN ARGELIA

Los tories contra el bloque europeo

El primer ministro conservador postergó el discurso que iba a realizar en Holanda, pero se mantiene el clima “euroescéptico”. Los planes de los tories apuntan a recortar las facultades de la Unión Europea.

El primer ministro británico, David Cameron, suspendió sin fecha el discurso que iba a pronunciar hoy en Holanda sobre la relación del Reino Unido con la Unión Europea (UE). El mandatario tomó esa decisión debido a la conflictiva situación que atraviesa Argelia. De este modo, se mantiene la incertidumbre sobre los planes británicos de recortar los poderes que tiene la UE sobre ese país y la posible convocatoria a un referéndum para negociar una nueva relación con el bloque. Para dar su discurso, el líder conservador había elegido a Holanda, “un país que siente que respalda su decisión, como escenario para consultarle al pueblo británico sobre los cambios que están ocurriendo en Europa”, según señaló ayer la Cámara de los Comunes.

El discurso del primer ministro conservador británico en la capital holandesa se vino aplazando desde el mes de julio, 25 años después del histórico discurso de Brujas utilizado por Margaret Thatcher para denunciar las derivas supranacionales de Europa. En esa oportunidad, la Dama de Hierro sentó las bases de un euroescepticismo que actualmente está en la cresta de la ola por la aguda crisis que atraviesa la región. Según los sondeos, una mayoría de británicos desea abandonar el bloque europeo al que el Reino Unido se unió tardíamente en 1973.

Como Thatcher entonces, Cameron quiere expresar su oposición a cualquier nuevo traspaso de poderes a la UE. El premier británico sigue así los pasos de los jefes de gobierno conservadores y laboristas que lograron numerosas excepciones, derogaciones y descuentos en cada etapa de la construcción europea y rechazaron unirse a la moneda única. Cameron ya irritó a sus aliados a finales de 2011 con su veto al nuevo pacto fiscal de la UE y ha amenazado con vetar también el próximo presupuesto.

Desde que asumió en 2010, Cameron intentó oficiar de equilibrista entre el ala más dura de su partido, que exige la salida del bloque, y los socios en el gobierno de coalición, los liberales demócratas, que quieren fortalecer la presencia de Londres en el continente. El premier pudo controlar varias sublevaciones de tories que, ante la debilidad del euro y la crisis de varios países, quieren frenar un contagio en la economía británica.

Pero las presiones aumentan a medida que la salida de la doble recesión más larga en medio siglo es más lenta de lo que el gobierno británico hubiera deseado. En ese escenario, el primer ministro está cediendo a la idea de convocar a una consulta a realizarse en 2017 o 2018. El factor tiempo es crucial: el primer ministro acaba de cumplir la mitad de su mandato, aunque ya anunció que buscará la reelección en 2015.

Las encuestas no les sonríen a los conservadores, por lo que una posición más dura sobre Europa busca ser un golpe de efecto. No es casualidad que Cameron haya dicho anteayer que, en las próximas elecciones, los votantes que quieran darle más poderes a Bruselas y adoptar la moneda única deben optar por los laboristas.

El líder de ese partido, Ed Miliband, desmintió que tengan planes de abandonar la libra esterlina y señaló que el primer ministro está llevando al Reino Unido a un precipicio. “No va a ser bueno para el país ponerles un cartel diciendo que podríamos estar fuera de la UE dentro de cinco años”, manifestó. Además, coincidió con su contrincante en que Londres debe reasumir algunas competencias que actualmente están centralizadas, pero aclaró que “hay que reformar la UE y no dirigirnos a la puerta de salida”.

En lo interno, el gobierno también tiene diferencias: el viceprimer ministro, Nick Clegg, sostuvo que el anuncio de un referéndum creará un período de incertidumbre, el peor enemigo para la creación de trabajos y el crecimiento. Otro liberal demócrata de peso, el ministro de Negocios Vince Cable, comentó que es un mal momento para amenazar con una salida del bloque porque eso dará la sensación de que el Reino Unido no puede resolver su crisis económica.

Se especulaba con que en el discurso de ayer, Cameron iba a satisfacer a sus socios en la coalición reiterando su deseo personal de mantener una unión con Europa continental, pero con la necesidad de hacer cambios fundamentales. También se esperaba que pusiera al Reino Unido a resguardo al manifestar que este país no iba a colapsar fuera del bloque para finalmente hacer el anuncio de la controvertida consulta donde se le preguntaría a la población si deseaba una mayor libertad de Bruselas.

Eso es, al menos, lo que quieren escuchar unos 120 diputados conservadores reunidos en torno del Fresh Start Group (Grupo del Nuevo Comienzo), que presentaron un manifiesto euroescéptico donde abogan por la desregulación del mercado financiero londinense y por que se frene la inmigración. “Queremos proteger la soberanía británica, asegurando que el Parlamento pueda decidir qué es lo mejor para el Reino Unido. No compartimos la visión de ‘una unión más cercana’ que figura en los tratados de la UE”, comentaron los legisladores conservadores.

Respecto de la situación de los rehenes en Argelia, Cameron dijo que el Reino Unido debe prepararse para las malas noticias, situación que calificó de extremadamente difícil. “Estamos trabajando contra reloj para hacer todo lo que se pueda para estar en contacto con las familias y para conseguir un relato lo más completo posible de lo sucedido con la información que tenemos”, apuntó el líder conservador.

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David Cameron, un conservador con discurso nacionalista y su proyecto de reelección.
Imagen: AFP
 
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