ECONOMíA › DEMANDA DEL G-20, EN EL QUE PARTICIPA ARGENTINA, PARA QUE LAS GRANDES ECONOMíAS FRENEN LA CRISIS

Los 20 exigen que se haga el rescate y que sea ahora

Las economías en desarrollo aceptaron el plan de salvataje pero exigieron que sea rápido y tajante. Hubo fuertes críticas a la imprevisión, humildad del FMI y un pedido multinacional para que cambien las reglas de juego.

 Por Sebastián Premici

Desde Washington

Los países en desarrollo que forman parte del G-20, en el que también participa Argentina, exigieron a las principales potencias del mundo que más allá de anunciar un plan conjunto y hablar de coordinación, “es hora de pasar a la acción”. Eso requiere dejar de lado la retórica y comenzar a instrumentar las medidas anunciadas conjuntamente por el G-7. Puntualmente, los países en desarrollo solicitaron al presidente George Bush, quien participó también del encuentro del G-20 junto a Ben Bernanke y Henry Paulson, que es prioritario empezar a dar liquidez, comprar las acciones de los bancos en riesgo y garantizar a los inversores minoristas que no perderán sus depósitos. Durante toda la reunión sobrevoló la idea de que en el futuro será necesario un nuevo sistema financiero global.

“Estamos viviendo un punto de inflexión”, señalaron varios ministros a la salida del encuentro. Más allá de estos señalamientos y de las necesidades de un cambio a futuro, los ministros de Economía de todo el mundo que integran el Comité Monetario y Financiero Internacional dieron su apoyo “enérgico” al plan de salvataje anunciado por el G-7 y Estados Unidos, con el objetivo de calmar la ansiedad de los inversores. Más allá de estas declaraciones, lo que sobrevoló durante todo el encuentro es que en el mediano plazo será necesario estructurar un nuevo sistema financiero internacional.

El G-7 hizo ayer un acto de humildad al reconocer ante los delegados de los países que forman parte del G-20 que ellos “fueron los que comenzaron esta crisis”. Incluso el propio Dominique Strauss-Kahn, titular del FMI, reconoció el fracaso por parte de los países industrializados en la regulación del sistema financiero. Frente a esos mea culpa que sobrevuelan en todas las declaraciones pronunciadas por los funcionarios del Fondo, los países en desarrollo que integran el G-20 comenzaron a preguntarse y a exigir una respuesta más concreta. Países como Argentina, Perú y Chile le plantearon al titular del Tesoro, Henry Paulson –durante una reunión que mantuvieron ayer antes del encuentro del G-20–, que sus economías, si bien están más sólidas para enfrentar el vendaval financiero, también requieren de las acciones coordinadas para evitar una caída en la actividad económica.

Los países de todo el mundo que están reunidos en la capital de los Estados Unidos saben que luego de que pase la crisis financiera internacional, el ordenamiento geopolítico que hoy tiene en el centro al G-7 será diferente. Ya sea porque se agregarán más países dentro de ese selecto grupo o porque Norteamérica dejará de ser el centro de poder. Es un reordenamiento que se verá en el largo plazo, pero es lo que manifiestan –por fuera de las declaraciones protocolares– muchos de los funcionarios que asisten por estos días a la reunión anual del FMI. Países como Nigeria, Rusia, Brasil, India y China se encargaron de decirle al titular del Fondo que las cosas tienen que ser diferentes.

“El presidente Lula dijo en varias oportunidades que es momento de cambiar las cosas. Por el momento, el apoyo al plan de salvataje de los Estados Unidos es para ser flexibles y solucionar un tema de corto plazo. Por eso es necesario un cambio en la representación dentro del G-7. Hoy el G-20 no tiene capacidad numérica ni el mandato para llevar adelante la coordinación que piden los países desarrollados. Por eso Brasil está pidiendo que se llame a una reunión para hablar del cambio de representatividad”, señaló a este diario un funcionario brasileño con despacho en el Banco Mundial.

En las reuniones preparatorias para lo que fue el encuentro de ayer del G-20 con las principales autoridades del gobierno norteamericano en materia económica, otros países alzaron su voz, algo que no se vio reflejado en las declaraciones formales. Nigeria fue muy duro con Strauss-Kahn durante un encuentro realizado el viernes, en el que también participaron funcionarios argentinos. Básicamente, el país africano solicitó una reestructuración del régimen creado en Bretton Woods, ya que “el FMI demostró no poder controlar una crisis que nunca tendría que haber ocurrido”.

China también fue muy dura con las autoridades del Fondo. En concreto señalaron que si bien crecerán este año un poco menos que otros períodos (alrededor del 9 por ciento para 2008 y un 7 por ciento para el año siguiente) tienen la liquidez suficiente para enfrentar esta crisis. Un funcionario de la delegación argentina señaló a PáginaI12 que está en los planes de China reducir su nivel de exportaciones para concentrarse en el desarrollo de su mercado interno. Por ende, interpretaron desde la cartera que conduce Carlos Fernández, eso significará un mayor nivel de importaciones que podrían ser cubiertas con productos primarios de la Argentina.

Mientras se llevaban adelante estas discusiones, el titular del Foro de Estabilidad Financiera, Mario Draghi, elevó sus recomendaciones para sortear los desafíos de la crisis. En una conferencia realizada en un salón del edificio central del FMI, el funcionario adelantó que de ser necesario, se podría llegar a plantear una modificación de las normativas elaboradas en Basilea, que regulan la actividad de los bancos. “Pero por ahora, estamos abocados a que estas regulaciones funcionen en todos sus aspectos”, graficó Draghi.

–¿Por qué no funcionó el rescate anunciado por Bush? –preguntó PáginaI12.

–No estoy seguro de que no haya funcionado. Este es un proceso muy complejo que afecta incluso la psicología de los inversionistas. No es algo que se pueda cambiar de un día para el otro –respondió el funcionario.

A veinte cuadras del edificio del FMI se desarrolló un seminario para analizar el mercado de los seguros de riesgos. Participaron directivos del Deutsche Bank, Zurcí Financial Services y el Crédit Suisse. De alguna manera, uno podría inferir que sus comentarios y aseveraciones forman parte de eso que se llama “el pulso del mercado”. Jim Schiro, director de la compañía de seguros Zurich, indicó que “la intervención del gobierno no es la única solución y que el sector privado tiene que tomar medidas”. ¿Cuáles serán esas medidas? Schiro indicó que “como el riesgo viene de muchos lados, hay que hacer más eficiente el mercado. No porque lo diga Bush sino porque es nuestro rol en la sociedad”, se respondió a sí mismo.

Para los bancos y entidades financieras que participaron de ese seminario, la solución a esta crisis financiera llegará con “más mercado”. De alguna manera, eso es lo que “sienten” los popes del establishment que contribuyeron a la gran burbuja financiera que hoy está estallando, muy cerca de sus narices.

–Si la solución al problema está en el mercado, ¿por qué no solucionan primero todo lo que está mal en las Bolsas del mundo, por ejemplo cerrando los mercado por un mes? –se animó a preguntar una investigadora de la Universidad de Washington.

–Primero hay que estabilizar los mercados y eso no se hace cerrándolos. Luego, hay que restablecer la confianza, que es lo más difícil de lograr. Pero esto hay que solucionarlo dentro del mercado –respondió Schiro.

Cuando vuelvan a abrir los mercados el próximo lunes, el mundo presenciará cuán efectivas fueron las palabras y declaraciones de apoyo que se dieron mutuamente los representantes del G-7 y el G-20, aunque por lo bajo se criticaron duramente. Lo cierto es que luego de este encuentro en el FMI, Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia, los países emergentes y el sudeste asiático moverán sus fichas para quedar mejor parados en el contexto geopolítico internacional. “Y los que jugarán más fuerte, son los que hoy tienen liquidez”, señaló a este diario un analista internacional.

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