El exsenador entrerriano acusó al arrepentido secretario parlamentario Mario Pontaquarto de "mentiroso" y "libretista de la película" guionada a partir de su autoincriminación en diciembre del 2003 y denunció al entonces jefe de gabinete, Alberto Fernández, de haber organizado una "conspiración para armar la causa", y al juez federal Daniel Rafecas, quien envió a juicio a los acusados, de "formar parte" de la maniobra.

"Nosotros no cobramos, no precisábamos cobrar porque ganábamos muy bien, todos los diputados y senadores ganábamos muy bien, teníamos excelentes sueldos además de pasajes, plus por desarraigo, podíamos pasar gastos extraordinarios", argumentó. Durante horas, Alasino repartió acusaciones, empezando por las primeras denuncias periodísticas del caso en abril del 2000, hechas, según él, por "uno de los periodistas serios, voy a decir las iniciales: Morales Solá".

Tambien acusó a la editorial Capital Intelectual, propietaria de la revista TxT donde se publicó la "confesión del arrepentido" de estar ligada al gobierno a través del abogado de Pontaquarto, Hugo Wortman Jofre. "El Gobierno lo mandó a Rafecas a ese juzgado, porque tenía causas de corrupción y de derechos humanos, como el Primer Cuerpo del Ejército, y la de Viñas Blancas".

Aseguró que Pontaquarto conocía la casa del senador Emilio Cantarero, donde dijo haber llevado la plata de la coima, porque en el piso de abajo del mismo edificio vivía Alberto Fernández. "Votamos una ley magistral, que fue promulgada por De La Rúa y de la cual la actual ley copia tres capítulos palabra por palabra", dijo en otro momento. También se quejó de la apertura de tres causas por enriquecimiento ilícito, en las cuales fue sobreseído al comprobarse, según dijo, que en lugar de 3 millones de dólares tenía 700 mil en una cuenta en Suiza.