Además, Molina denunció que entre las irregularidades cometidas por ciertos directores del organismo se destacan "facturas por gastos de 90 mil pesos en almuerzos en la zona del microcentro porteño" o "la compra de cámaras de seguridad por 4 millones de pesos y la adquisición de horno pirolítico, que se utiliza para la quema de drogas, que figura en la memoria 2012 y nadie sabe donde está".

En una entrevista con Télam, el secretario detalló que también encontró "virtualmente paralizado" al Registro Nacional de Precursores Químicos (Renpre), con más de 1.500 expedientes "frenados", tanto para los operadores del mercado interno como para aquellos que realizan operaciones relacionadas al comercio exterior, y que a su vez "no se cumplió con ninguna meta en lo referido a fiscalizaciones y auditorías".

"Desde 2011 se dejaron de enviar solicitudes a Jueces federales y fiscales para que informen a la Secretaría sobre las causas judiciales por violación de la ley de estupefacientes", puntualizó el secretario, motivo por el cual se dejó de recibir y procesar información en ese aspecto.

Molina destacó también que el organismo dejó de actualizar la lista de estupefacientes desde el año 2010, lo que permite que circulen nuevas sustancias que no figuran en los registros oficiales.

El titular del Sedronar sostuvo que la que conduce es "una secretaría política, no técnica, porque crea derechos, y los derechos son políticos, no técnicos". En este sentido, Molina afirmó que "la prevención no es de equipos técnicos, es de equipos humanos", y además sostuvo que "los equipos técnicos que tanto se ensalzan ahora, tenían a la secretaría paralizada".