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La investigación por el caso de Jorge Julio López seguía anoche sin pistas firmes. La hipótesis predominante del fiscal Marcelo Martini, el Ministerio de Seguridad bonaerense y la propia familia del testigo contra Miguel Etchecolatz, es que el albañil está asustado por las consecuencias de su testimonio y se escondió en alguna propiedad, chacra o campo de un familiar o un amigo. Los rastrillajes continuaban ayer en un listado de predios con esas características. La hipótesis del secuestro también es analizada: una señora dijo que vio que a una persona la subieron a un Renault 19, pero los investigadores no perciben consistencia en ese testimonio. “Hemos revisado las llamadas hechas de los 96 teléfonos públicos de la zona, unas 100.000 comunicaciones de celulares que se hicieron en el día, las horas y la zona en que López desapareció y no hay nada irregular. Aun así, tampoco descartamos esa hipótesis.”

Estos son algunos interrogantes que surgen de la pesquisa:

¿Hay llamadas, aunque sea anónimas, que den datos sobre el paradero de López?

Todos los días, hay muchísimas llamadas. Ayer mismo una señora dijo que lo vio salir de un supermercado en Rosario acompañado de una mujer. Los investigadores chequearon el dato y no pudieron comprobar nada. Anteanoche, un llamado anónimo pidió que arrojen 200.000 pesos debajo de un puente y que a cambio diría donde está López. Sin embargo, el individuo no volvió a llamar. Se comunican personas diciendo que “está tomando un café en La Paternal”. La policía concurre y no se trata de la misma persona. Hasta el momento, de esas llamadas no surgió una pista sólida. El minstro del interior, Aníbal Fernández aseguró ayer que López no salió del país y que se está trabajando sobre todas las hipótesis, “desde que lo vamos a encontrar hasta las más aberrantes”.

¿Qué piensa la familia?

Según afirman en la fiscalía, a la familia se la ve tranquila. Como señaló Página/12 48 horas después de la desaparición, los hijos Gustavo y Rubén están convencidos de que su padre está con miedo escondido en algún lugar. ¿Por qué con miedo? Básicamente porque piensa que se pueden vengar de él a raíz de su testimonio. ¿Dónde podría estar escondido? La principal hipótesis es que en una chacra o campo, propiedad de un allegado. ¿Por qué ese allegado no le transmitiría esto al fiscal o a la propia familia? Supuestamente porque sería solidario con el estado de terror del albañil, no lo quiere traicionar y estaría tratando de convencerlo de volver a su casa. La hipótesis parece descabellada, pero es a la que adhieren el fiscal, los investigadores y la familia.

¿Hay indicios que apunten a un secuestro o una venganza?

Prácticamente ninguno. Salvo la señora que habló del Renault 19, nadie vio una escena de violencia en la zona. Como se sabe, hay tres testigos que lo encontraron caminando solo en la mañana en la que

desapareció y no vieron nada anormal. Una mujer habló con él. Además, en la fiscalía ha-brían declarado otras personas que lo vieron

un día después de aquel lunes, también caminando solo por su barrio. Se están verificando esos testimonios. Si se comprueba que López fue víctima de un secuestro o una represalia sería el primer caso desde la dictadura.

¿Qué sucede ahora con la investigación?

Hay una especie de superpoblación de investigadores. El presidente Néstor Kirchner le ordenó a las fuerzas federales que colaboren con la pesquisa, por lo que ahora trabajan en el caso la Policía Federal, la SIDE y los investigadores del Ministerio de Seguridad bonaerense. Según dicen, no hay coordinación alguna. El responsable de la investigación es el fiscal, pero no hubo una reunión de todas las fuerzas con él. Por lo tanto, cada fuerza investiga por su lado. El fiscal no aceptó que se intervenga el teléfono de la familia López como sucede en los secuestros: “Por ahora, la causa es por averiguación de paradero. Si estuviéramos ante un secuestro, debe intervenir un fiscal federal”, habría argumentado Martini.