El Perú más popular

Pablo Mehanna

En los alrededores de Corrientes y Callao no sobran los lugares para comer un buen plato de comida. Más allá de las consabidas pizzas y empanadas, y una excepción como es Los Galgos, no es una zona que destaque por su gran oferta gastronómica. Pero ahí nomás, sobre Riobamba, se encuentra Casa Andina: un local amplio, con paredes apenas vestidas por algunas fotografías turísticas sin demasiadas pretensiones estéticas, manejado por una pareja proveniente de Trujillo, la ciudad peruana de la eterna primavera, famosa por su cocina de mar. Y es justamente en los platos con pescado donde el cocinero de la casa muestra su buena mano. La jalea ($380, comen 2, pican 3) es una enorme fuente con pescado y marisco apanado, en una fritura bien hecha, que sale acompañada por una intensa copa de leche de tigre. Para los que prefieran algo menos calórico una buena opción es el sudado ($280, una suerte de chupín de pescado) o la parihuela ($360), una sabrosa sopa de mariscos, pescado y tomate, con una textura que la deja ahí nomás de un guisado.

Por fuera del mar, recomendado el tacu tacu ($260), un plato bien de hogar: es un recalentado de arroz con frijoles del día anterior, hecho en sartén hasta lograr que ambos se unan y se dore levemente el exterior. Aquí sale coronado de una porción de lomo saltado y una pequeña ensalada de cebolla morada y limón, ideal para cortar los sabores más untuosos. Sencillo y bien ejecutado, muestra qué rica puede ser una receta hecha con ingredientes sencillos y económicos. Como buen lugar peruano, de lunes a viernes al mediodía se sirve un menú por irrisorios $130, que incluye alguna bebida hecha en casa, sopa y plato principal. Por la noche (casi) siempre hay disponible el famoso pollo a la brasa ($390, sale entero y con papas y ensaladas).

No lejos de los teatros, Casa Andina es sin duda es una muy buena opción para paliar el hambre, valiendo cada uno de los pesos que cuesta.

Casa Andina queda en Riobamba 376. Teléfono: 4951-3559. Horario de atención: martes a domingos de 12 a 24. 


Japón cotidiano

Pablo Mehanna

Entre kioscos sangucheros, chinos al peso y una buena cantidad de lugares que prometen mucho pero otorgan poco, el almuerzo cotidiano en el Microcentro porteño no siempre es una opción feliz para el ocupado oficinista. Y ahí es donde brilla Suiren Suipacha, un local sencillo atendido por una familia de ascendencia japonesa, dedicada a servir muy buena comida a precios amables, con una atención que destacada por sobre su mucha competencia. El sueño de todo laburante que está obligado a comer cada jornada cerca de su trabajo.  

La carta es sencilla, sin complicaciones innecesarias. De la cocina sale cada día un plato diferente. Los lunes, por ejemplo, sirven un delicioso pollo teriyaki con arroz y un saltado de vegetales. Un plato bien balanceado, con cada ingrediente en su punto justo, donde se nota el cariño y profesionalidad con que se prepara ($230, con bebida y postre o café, exhibiendo una inmejorable relación precio calidad). 

Los amantes del sushi no deben pasar por alto el menú de 12 piezas (niguiris y rolls): el arroz, rico y de textura justa, muestra ese equilibrio tan difícil de conseguir entre el vinagre, el azúcar y la sal. Sumado a los cortes precisos de pescado trabajados a la perfección, demuestra el respeto de la casa por este plato icónico de Japón. 

La consabida carta se completa con una ensalada básica (lechuga, zanahoria, tomate, huevo) que puede ser completadas con pollo, salmón grillado o langostinos ($80 a $160). Es fresca, sí, pero poco recomendada frente a las otras opciones posibles. En cambio, los postres que se sirven con el menú merecen ser tenidos en cuenta: la ensalada de frutas está preparada con toda fruta fresca, el profiterol con crema pastelera es potente y sale un flan casero sin agujerito, tal como mandan los libros. Otro detalle: el café que sirven es Nespresso.

Un refugio para el buen comer, rápido y rico, dentro de la tradición de la comida japonesa. 

Suiren Suipacha queda en Suipacha 517. Teléfono: 4322-6372. Horario de atención: lunes a viernes de 12 a 16. 


Puro color nacional

Pablo Mehanna

El Faena es un hotel muy particular: amado por unos, odiado por otros, impone su presencia desde el exterior, pero gana personalidad cuando se entra: el corredor iluminado con luces rojas y banquetas negras permite adivinar una idea de aires fantásticos, entre el kitsch, el lujo y lo barroco. Si la idea es comer allí dentro, la mejor opción es El Mercado, uno de los dos restaurantes del  hotel. Un salón amplio con piso de madera, un par de hornos de barro (que funcionan a gas) y los cocineros trabajando a la vista. Las paredes y pequeños exhibidores vidriados lucen una cantidad infinita de memorabilia: almanaques de Molina Campos, colecciones de mates, una imagen de Maradona y cantidad de fotos de Eva Duarte, entre otros objetos que le confieren un aire descontracturado, un guiño al bodegón, sin dejar de ser un hotel de lujo con sillas preciosas, mesas de buena madera y vajilla impecable.

La carta, con precios acordes al lugar (y al turista), pasea por buena parte de los clásicos del comer nacional. Se puede comenzar por una perfecta provoleta con tomates asados y pesto ($460, la combinación funciona realmente bien) o por unas tradicionales empanadas de carne cortada a cuchillo ($250 el par). Otras opciones incluyen mollejas, burrata con mango asado e hinojo o unos langostinos con vinagreta de palta. El plato fuerte de la casa son las carnes (insistir con el punto deseado), que incluyen desde un vacío cocinado a baja temperatura ($1300 para dos), un imponente ojo de bife con hueso ($1050) o una milanesa de lomo con jamón ahumado y queso brie muy sabrosa. Como guarnición, deliciosa la ensalada de remolachas asadas, tomate y queso de cabra. La carta suma un risotto con alcauciles, alguna pasta y hasta pizza. Para beber, buena variedad de vinos por copa y una enorme selección de etiquetas elegidas por sommelier, incluyendo botellas Magnum. 

Está claro, no es un lugar para ir cotidianamente. Pero si la idea es ser turista en la ciudad porteña, El Mercado, dentro del mundo Faena, merece la visita.

El Mercado (en el Faena Hotel) queda en Martha Salotti 445. Teléfono: 4010-9000. Horario de atención: todos los días  de 7 a 2. Domingos se hacen asados a la estaca en el patio.