“El proceso de justicia argentino debe ser documentado para que se transmita.” La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, dejó esta definición ayer en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en Ginebra, en el marco de una actividad con familiares de víctimas del conflicto armado en Sri Lanka.

“Nosotras éramos amas de casa, maestras, profesionales sin conocimiento de leyes e instrumentos internacionales. Golpeamos puertas e hicimos colectas para viajar adonde nos llegaba el dato de que existía un Estado o un organismo que podía escuchar nuestros reclamos. Hoy ustedes pueden utilizar todo este camino que hemos construido con mucho trabajo y adaptarlo a la realidad que viven en Sri Lanka”, señaló Carlotto durante su exposición en el palacio de ONU. “La vergüenza de las desapariciones forzadas en Sri Lanka: perspectivas desde la Argentina y Sri Lanka” fue el título del panel organizado por Amnistía Internacional, en el marco del 28 período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Sri Lanka vivió un largo conflicto armado a partir de los años ’80, que dejó unos 80.000 desaparecidos y aún hoy se busca justicia. Distintas comisiones de investigación fueron creadas en ese país, pero las autoridades ignoraron sus recomendaciones en cuanto a la forma de llevar a juicio a los responsables y los pasos necesarios para evitar que estos hechos se repitan. Familiares de víctimas y activistas de Sri Lanka –donde hoy se continúan registrando violaciones de derechos humanos como detenciones arbitrarias y torturas– están recorriendo un camino similar al que las Abuelas recorrieron a fines de los ’70 y a principios de los ’80: visitando foros internacionales, para intentar que su situación sea visibilizada a nivel mundial. “El proceso de construcción de justicia argentino debe ser documentado para su preservación y para que se transmita a otros países con la misma problemática”, insistió Carlotto.