La ruptura del diálogo ya había sido anunciada por los dirigentes de la Confech y de las organizaciones de estudiantes secundarios el miércoles pasado, al cabo de una reunión de cuatro horas con el ministro de Educación, Felipe Bulnes, en la que las partes no llegaron a un acuerdo sobre el alcance de la gratuidad, la principal de las reformas que alumnos y docentes reclaman para el sistema educativo chileno.

"Nosotros no sólo demandamos la gratuidad sino también la responsabilidad del Estado en la educación", señaló anoche la titular de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), Camila Vallejo. "No estamos diciendo que los pobres financien a los ricos, sino que los ricos, (que representan) cinco por ciento de la población, deben financiar la educación mediante una reforma tributaria", agregó.

Además de convocar al paro nacional, la Confech exhortó a los estudiantes a no iniciar el segundo semestre y a seguir movilizados, y David Urrea, dirigente estudiantil de la Universidad Arturo Prat, llamó a "radicalizar la movilización y a prepararse para tiempos difíciles".

Luego de asistir a misa, en su lugar de vacaciones, Piñera afirmó que "el Gobierno tiene un compromiso claro y firme: garantizarles a todos educación de calidad y a los que lo necesitan, educación gratuita". El mandatario no quiso pronunciarse sobre los dichos de Vallejo, quien lo criticó por tomarse vacaciones mientras los estudiantes están buscando soluciones a la crisis.

Por su parte, el ministro portavoz de La Moneda, Andrés Chadwick, sostuvo que "los más duros entre los duros" de la Confech son los responsables del corte del diálogo con las autoridades. "Seguimos con las puertas abiertas pero ya no podemos esperar", señaló el ministro cuando los periodistas le preguntaron si el gobierno mantenía el llamado al diálogo.