Las tradicionales marchas protestantes de la Orden de Orange arrancaron en Irlanda del Norte con escándalo: grupos de ultraderecha montaron torres de pallets que simulaban embarcaciones de inmigrantes, para prenderlas fuego en gigantescas hogueras, mientras bailaban y celebraban alrededor. Una exhibía maniquíes con chalecos salvavidas y los mensajes “Paren los barcos” y “Veteranos (de guerra) antes que refugiados”. Las “instalaciones” aparecieron en la localidad de Moygashel luego de que grupos de extrema derecha protagonizaran violentos disturbios en diferentes lugares, que dejaron decenas de heridos, cuantiosos destrozos y familias de inmigrantes expulsadas de sus hogares. La policía local investiga lo sucedido como delito de odio y violencia racista.